Los últimos gobiernos hicieron suyas promesas que siguen sin cumplir
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La mejora del área de Reparaciones con un nuevo dique es otro de los compromisos pendiente s. c. toimil -
Los trabajadores de Navantia Fene han colocado un cartel en el astillero con los días que faltan para que finalice el veto. josé pardo
El naval ferrolano lleva cuatro meses sumido en
la paralización por la falta de carga de trabajo. Sin embargo, acumula
mucho más tiempo esperando que se hagan realidad distintos proyectos que
se han ido anunciado, y algunos de ellos modificando, por parte de
diversas administraciones y hasta la fecha continúan en la carpeta del
debe.
caída del veto
Tres gobiernos sin cumplir. Tras el desastre del Prestige,
el Gobierno de José María Aznar celebró el 24 de enero del 2003 un
consejo de ministros en A Coruña en el que aprobó solicitar a la UE que
eliminase las restricciones que pesaban sobre el astillero de Fene para
que pudiera fabricar todo tipo de buques. Aunque el entonces presidente
de la SEPI, Ignacio Ruiz Jarabo, aseguró haber hecho gestiones ante el
comisario de la Competencia, Mario Monti, nunca tuvieron carácter
formal. Ya con José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno, y tras el
estallido de la crisis económica, este se comprometió a elevar esa
petición a Bruselas, aprovechando la presidencia española de la UE.
Tampoco en esta ocasión se pasó de meros contactos y, la esperanza se
desvaneció definitivamente en junio del 2010 cuando el entonces
presidente del Gobierno afirmó en el Congreso que levantar el veto era
«muy difícil de conseguir». La demanda nunca ha dejado de estar en la
agenda de Ferrolterra y, tras la llegada del equipo de Mariano Rajoy, el
actual presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, en su primera visita a
Ferrol anunció su intención de que la prohibición cayese antes del 2015.
«Voy a luchar por ello», afirmó en mayo del 2012. Hace dos días afirmó
que la consulta formulada a Bruselas por el dique flotante también
incluye la solicitud de supresión del veto. Tras años de espera, este
caerá solo en ocho meses.
encargos
Los buques que no llegan. Tras una época de
bum de contratos, en los que los astilleros de la ría ferrolana llegaron
a emplear a más de 6.000 personas en las distintas obras en curso
-entre personal directo y auxiliar- comenzó la sequía de encargos. Las
gestiones en los concursos internacionales no fructificaron en nuevos
pedidos. Entonces, los trabajadores del sector comenzaron a reclamar que
se cumpliese la promesa pendiente de la última reconversión: en el
pacto sellado por la mayoría de los sindicatos con el anterior
presidente de la SEPI, Enrique Martínez Robles, se incluía el compromiso
de encargar dos nuevas fragatas F-100. Se autorizó una pero la segunda
está pendiente. En diciembre del 2011, en su debate de investidura,
Rajoy aseguró que haría «un esfuerzo» para contratar la sexta fragata
F-100. En los presupuestos del Estado para los dos últimos ejercicios no
se ha consignado ni un euro ni para este barco ni para los Buques de
Acción Marítima comprometidos para los astilleros gaditanos. Si bien se
ha concretado el pedido de la petrolera Pemex para la construcción de un
buque flotel, el último varapalo recibido por el astillero de Fene es
quedar excluido de esta obra, por pertenecer al sector civil. Hace poco
más de un mes, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció que
el Gobierno daría luz verde a la construcción de un nuevo buque militar
que generará trabajo para los astilleros de Ferrol y Cádiz, pero desde
entonces no se conocen más datos sobre las características del barco y
cuándo se iniciará su fabricación.
dique flotante
Una petición antigua. La demanda de mejora de
las instalaciones de la división de Reparaciones de la ría ferrolana se
remonta a varias décadas atrás. En los primeros años de los 2000 la
Xunta llegó a elevar a la SEPI -con equipo socialista- un proyecto para
realizar distintas inversiones en este departamento, un pilar de
ingresos y de generación de empleo en la comarca. Los ocho años de
gobierno de Rodríguez Zapatero supusieron una cerrazón en ese sentido,
que no varió ni un ápice, cuando, en el 2011, los trabajadores
comenzaron a reclamar esa infraestructura. Posteriormente, la Xunta
encarga unos estudios y manifiesta su apoyo y la SEPI anuncia la
creación de una comisión para analizar la viabilidad técnica, jurídica y
económica del proyecto. El grupo de trabajo terminó poniendo la pelota
en el tejado de Bruselas, al que el Gobierno ha formulado una consulta
-la última documentación la envió el pasado día 4- para conocer si su
construcción colisionaría con la normativa comunitaria. Ramón Aguirre
acaba de reconocer en el Congreso que daría dos años de trabajo para mil
operarios.
otras actuaciones
Liderazgo europeo. Cuando se puso en marcha
Navantia, en el año 2005, el Gobierno aseguró que nacía con la vocación
de convertirse en líder europeo. Pero llegaron los años de vacas flacas
para la compañía, que ha llegado a pasar por una situación financiera
delicada por la falta de ingresos. El Ejecutivo ha anunciado su
intención de crear un gran grupo de la defensa con algunas firmas
privadas, aunque no se conocen pasos en ese sentido.