El Ministerio de Industria, la Dirección General de Tributos, Pymar
–en representación de los astilleros– y las entidades financieras
estructuradoras alcanzaron ayer un acuerdo final para activar un "tax
lease" transitorio que permita la contratación de nuevos barcos a partir
de este momento. El nuevo régimen es similar al que aplica en estos
momentos Francia, que cuenta con la bendición de Bruselas, aunque varía
en ciertos aspectos fiscales, "porque la normativa de los dos países son
diferentes", explican fuentes que participaron en la reunión.
El
texto ya estaba cerrado el viernes de la pasada semana y solo faltaba
que hoy los estructuradores de estas operaciones –las entidades
financieras– dieran su visto bueno. Con el placet de los bancos solo
falta ahora la comunicación oficial por parte del Gobierno a todas las
partes que intervienen en la construcción de un buque –astilleros,
navieros, financiadores, inversores, y Hacienda– que pueden empezar a
contratar buques con este nuevo sistema que permitirá a los
constructores navales ser más competitivos y ofrecer los buques hasta un
20% más baratos.
"El acuerdo alcanzado hoy [por ayer] es una gran
noticia para el naval", señalan fuentes que intervinieron el proceso que
añaden que "no fue fácil poner de acuerdo a todas las partes, porque
los intereses son dispares".
Desde el sector de astilleros vigueses
se reconoce que la medida recorta las bonificaciones que se obtenían
hasta el momento, mientras que expertos fiscales señalan que "podrían
aplicarse al sector naval otros instrumentos como la rebaja o
exoneración del IVA en determinados bienes de equipo y componentes
necesarios en la construcción de barcos. La aplicación del sistema
impositivo es una atribución de cada Estado y la UE no tiene
competencias. De hecho es una de las fórmulas que se emplean en
Alemania".
En este sentido, el clúster del sector naval de Galicia
(Aclunaga) mostró su satisfacción por la decisión del Gobierno de optar
por enviar una comunicación a la Comisión con el nuevo sistema
transitorio, ya que esta fórmula es más ágil.
Aclunaga señala que en
la propuesta transitoria se utilizan aspectos importantes para el sector
como el impuesto de tonelaje, y sobre todo que opere en el marco de
las ayudas existentes para evitar la necesidad de preparar una nueva
legislación, ya que ello supondría un retraso que la industria no podría
afrontar.
A pesar de esta buena noticia para los astilleros, sobre
el sector pende una "espada de Damócles" que puede llevar a muchas
empresas a la suspensión de pagos. Bruselas podría pedir la devolución
del antiguo "tax lease" a los barcos en construcción y algunos de los
recientemente entregados.
"La retroactividad en los contratos del
anterior "tax lease" es en estos momentos nuestra mayor preocupación,
por encima incluso de que se ponga en marcha el nuevo régimen de
financiación. Todos los astilleros que tenemos barcos en construcción o
que hemos entregado desde la suspensión del sistema y que no estaban
amortizados en su totalidad podemos encontrarnos en una situación de
quiebra solo con que falle en uno de los grandes pedidos. Es mucho
dinero el que nos jugamos", asegura un alto directivo de un astillero
vigués.
Mientras la UE no dé garantías de que no se solicitarán
devoluciones del "tax lease" de los barcos en construcción en el momento
de la suspensión, los bancos han optado por cerrar el grifo financiero.
Esto ha provocado que se demore la entrega de determinadas unidades
y que otras construcciones sufran el riesgo de quedar paralizadas, lo
que podría suponer que los astilleros incumplieran los plazos de entrega
y las navieras cancelasen los pedidos.
Expertos consultados
consideran que si ocurre lo mismo que el caso francés, "la suspensión no
sería retroactiva".
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