"Puede poner todas las palabras que reflejen nuestra angustia, porque estamos así en estos momentos”. El mensaje de socorro se hizo público ayer por parte de la industria naval de Pontevedra tras “muchos meses” masticando la “desesperación” de puertas hacia dentro. Un centenar de empresas del sector decidieron crear esta semana un comité de crisis debido a la “dura situación” por la que están atravesando, y que se ha cobrado el 50% de los empleos que tenía el naval en solo dos años. Un goteo de cinco puestos de trabajo perdidos cada día y una hemorragia de pérdidas que ahoga hasta lo no conocido a casi 300 sociedades de mayor o menor tamaño. Este comité, que se dio a conocer ayer, busca soluciones para que se garanticen los cobros y las administraciones se impliquen con el sector.
Desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime) no se oculta la “profunda preocupación”. Su portavoz, Enrique Mallón, destacó a este diario que el “mensaje de socorro” lo dio la industria auxiliar, que “sufre todos los golpes” de la llamada industria tractora. Astilleros como M. Cíes, Factoría Naval de Marín o Factorías Vulcano que, con sus problemas económicos, rebotan “lo peor” hacia las subcontratas. Estas son, como reconocen desde las grandes compañías, las que realizan “el 80%” del trabajo de construcción de un buque.
La “verdadera” voz de alarma se da, inciden las mismas fuentes, por los plazos de cobro de las empresas auxiliares. “Estuvieron muchos años cobrando a 120 días”, pero este período se ha visto aumentado hasta los 180 o 220 días. “Esto es inaguantable”, incide Mallón. Muchas pequeñas sociedades están teniendo problemas, como así lo hicieron saber esta semana a Asime, que “no consiguen cobrar por falta de pagarés”. “Este comité de crisis nace porque, por desgracia, Asime acertó en todos sus pronósticos”, lamenta Enrique Mallón. La patronal alertaba hace meses del vendaval que se avecinaba. “No nos equivocamos”.
DESTRUCCIÓN DE EMPLEOS
Ese acierto en sus previsiones se torna dramático habida cuenta de lo que Asime aventura para el año que viene. Según su portavoz, “tendremos una carga baja de trabajo”. En el mejor de los casos, señalan desde la patronal, “si de aquí a final de año se logra la firma de un nuevo contrato”, las empresas del naval lograrán mantener los 4.000 empleos que sostienen hoy en día. “Es que hace dos años había 8.000 trabajadores en este sector”, incide Enrique Mallón.
Con todo, y aunque se pueda poner por escrito un contrato, “se van a perder empleos”. En el mes de abril, el presidente de Hijos de Barreras, José Francisco González Viñas, señalaba a este diario que se estaban “cerrando” acuerdos para la construcción de buques. En Asime muestran su escepticismo porque “los contratos no negociados no pueden servir de referencia”. En opinión de Mallón, “pasan entre ocho y 14 meses desde que se firma un contrato hasta que se empieza a trabajar”. De ahí que incida en la necesidad de formalizar con inminencia un nuevo trabajo. “Nos pondríamos ya en el segundo semestre de 2011”.
Los datos evidencian que, además de la crisis internacional, al naval gallego le carcome un problema estructural. Desde enero de este año, según la patronal, más de 400 empleados se han visto afectados por Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en la provincia de Pontevedra. “Cifra todavía más dramática si computamos también el importante número de rescisiones de contratos eventuales”, añade Asime. Hijos de Barreras es el último gran astillero que ha renovado un ERE temporal.
El “clamor” es la “articulación de un sistema” que saque del atolladero a un sector “estratégico” no solo para la economía gallega, sino también para la española. El comité de crisis está compuesto por nueve empresas del naval, entre las que se encuentran compañías de habilitación, tubería, electricidad y otras. “Mantendremos reuniones periódicas desde ya”, avanzaron desde Asime. “Todavía estamos a tiempo de reaccionar”, apuntaron a Xornal.
CERO PEDIDOS
La estadística es demoledora. A día de hoy, solo tres de las nueve industrias tractoras consiguieron nuevos contratos. Las afortunadas son Factorías Cardama, Freire, y Metalships. El resto (Armón Vigo, M.Cíes –en liquidación–, Factorías Vulcano, Factoría Naval de Marín, Hijos de Barreras y Factorías Juliana –también el liquidación) no tienen nada formalizado. Están con las manos vacías.
A preguntas de Xornal, Enrique Mallón señala tanto a la crisis internacional como a la caída de contratación las causas de los aprietos del naval gallego. Además, incide en que los países europeos han dejado de encargar buques en Galicia dando prioridad a los que se construyen en los países asiáticos, más baratos para las casas armadoras. “El Ministerio de Industria y la Xunta de Galicia deben implicarse como lo hacen los alemanes o los holandeses”, sentencia Mallón.
xornal.com
Desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime) no se oculta la “profunda preocupación”. Su portavoz, Enrique Mallón, destacó a este diario que el “mensaje de socorro” lo dio la industria auxiliar, que “sufre todos los golpes” de la llamada industria tractora. Astilleros como M. Cíes, Factoría Naval de Marín o Factorías Vulcano que, con sus problemas económicos, rebotan “lo peor” hacia las subcontratas. Estas son, como reconocen desde las grandes compañías, las que realizan “el 80%” del trabajo de construcción de un buque.
La “verdadera” voz de alarma se da, inciden las mismas fuentes, por los plazos de cobro de las empresas auxiliares. “Estuvieron muchos años cobrando a 120 días”, pero este período se ha visto aumentado hasta los 180 o 220 días. “Esto es inaguantable”, incide Mallón. Muchas pequeñas sociedades están teniendo problemas, como así lo hicieron saber esta semana a Asime, que “no consiguen cobrar por falta de pagarés”. “Este comité de crisis nace porque, por desgracia, Asime acertó en todos sus pronósticos”, lamenta Enrique Mallón. La patronal alertaba hace meses del vendaval que se avecinaba. “No nos equivocamos”.
DESTRUCCIÓN DE EMPLEOS
Ese acierto en sus previsiones se torna dramático habida cuenta de lo que Asime aventura para el año que viene. Según su portavoz, “tendremos una carga baja de trabajo”. En el mejor de los casos, señalan desde la patronal, “si de aquí a final de año se logra la firma de un nuevo contrato”, las empresas del naval lograrán mantener los 4.000 empleos que sostienen hoy en día. “Es que hace dos años había 8.000 trabajadores en este sector”, incide Enrique Mallón.
Con todo, y aunque se pueda poner por escrito un contrato, “se van a perder empleos”. En el mes de abril, el presidente de Hijos de Barreras, José Francisco González Viñas, señalaba a este diario que se estaban “cerrando” acuerdos para la construcción de buques. En Asime muestran su escepticismo porque “los contratos no negociados no pueden servir de referencia”. En opinión de Mallón, “pasan entre ocho y 14 meses desde que se firma un contrato hasta que se empieza a trabajar”. De ahí que incida en la necesidad de formalizar con inminencia un nuevo trabajo. “Nos pondríamos ya en el segundo semestre de 2011”.
Los datos evidencian que, además de la crisis internacional, al naval gallego le carcome un problema estructural. Desde enero de este año, según la patronal, más de 400 empleados se han visto afectados por Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) en la provincia de Pontevedra. “Cifra todavía más dramática si computamos también el importante número de rescisiones de contratos eventuales”, añade Asime. Hijos de Barreras es el último gran astillero que ha renovado un ERE temporal.
El “clamor” es la “articulación de un sistema” que saque del atolladero a un sector “estratégico” no solo para la economía gallega, sino también para la española. El comité de crisis está compuesto por nueve empresas del naval, entre las que se encuentran compañías de habilitación, tubería, electricidad y otras. “Mantendremos reuniones periódicas desde ya”, avanzaron desde Asime. “Todavía estamos a tiempo de reaccionar”, apuntaron a Xornal.
CERO PEDIDOS
La estadística es demoledora. A día de hoy, solo tres de las nueve industrias tractoras consiguieron nuevos contratos. Las afortunadas son Factorías Cardama, Freire, y Metalships. El resto (Armón Vigo, M.Cíes –en liquidación–, Factorías Vulcano, Factoría Naval de Marín, Hijos de Barreras y Factorías Juliana –también el liquidación) no tienen nada formalizado. Están con las manos vacías.
A preguntas de Xornal, Enrique Mallón señala tanto a la crisis internacional como a la caída de contratación las causas de los aprietos del naval gallego. Además, incide en que los países europeos han dejado de encargar buques en Galicia dando prioridad a los que se construyen en los países asiáticos, más baratos para las casas armadoras. “El Ministerio de Industria y la Xunta de Galicia deben implicarse como lo hacen los alemanes o los holandeses”, sentencia Mallón.
xornal.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario