viernes, 1 de octubre de 2010

CUANDO LA VERDAD ES INCÓMODA

Nada me gustaría tan poco, por eso, nada más lejos de mi intención, que polemizar con nadie utilizando la columna periodística por medio de la cual lo único que pretendo semanalmente no es otra cosa que expresar mi libre opinión sobre aquellas cuestiones que, entiendo, le afectan a nuestro entorno. Sin embargo y a pesar de ello, y esperando por tanto la comprensión de nuestro director hacia el contenido del artículo de hoy, me veo en la obligación de responder a todo lo vertido, de manera inequívocamente interesada, malintencionada e incluso amenazante, como en su párrafo final se manifiesta, a la sra. Auri Vázquez, responsable comarcal de políticas sociales de CCOO de Ferrolterra.
Es evidente que a la sra. Auri Vázquez no le sienta bien leer o escuchar manifestaciones que puedan ser contrarias a sus intereses, lo cual es razonable y entendible, pero si estas se ajustan a la realidad, y por lo vivido en estos últimos años así es, con gusto o sin el, como cualquier otra persona o institución que respete las normas democráticas, tiene que aceptarlo, sobre todo, si no se distorsiona la verdad. Porque otra cuestión bien diferente sería mentir y deformar las evidencias, cuestión esta que en absoluto se hace cuando se dice que los grandes sindicatos, CCOO y UGT, fueron fieles compañeros de viaje del gobierno de Zapatero y de sus políticas económicas durante los últimos años; por lo tanto, y por tratarse de algo veraz, no puedo hacer otra cosa que reafirmarme en mis manifestaciones. Por eso, sra. Auri Vázquez, nada de lo dicho en el artículo al que vd. se refiere, ni a otros de similar naturaleza, se le puede tachar de no ajustarse a decir la verdad de lo que sucedió en España en estos últimos años de matrimonio político-sindical.

Me sorprende que una persona que desempeñe un cargo como el que vd. tiene dentro de un sindicato, que desde su fundación se autodefinió como independiente, libre y democrático, haga un ejercicio tan pobre de esos valores y que, sin ser capaz de asumir opiniones contrarias, me advierta de la posibilidad que baraja de impedirme manifestarme libremente, sin ser correa de transmisión de nada ni de nadie como vd. también parece querer afirmar. Querer callar las voces discordantes, emulando de esa manera la práctica del régimen anterior al que tanto combatió el sindicato al que vd. pertenece, para recuperar, entre otras cosas, la libertad de expresión, es atacar directamente a las libertades democráticas de este país, por las que otros y no vd., sra. Auri, por la edad que tiene, lucharon durante el franquismo.

Por lo visto, en este país se puede criticar a los presidentes de gobierno, a la Casa Real, a los poderes legislativo, judicial y constitucional, a las autoridades civiles y militares…etc., etc., pero sin embargo, y por su reacción, sra. Auri Vázquez, lo que parece que no se puede hacer es criticar la labor que últimamente desarrollaron los sindicatos, lo cual no quiere decir que se esté criticando a los sindicatos como tales instituciones, sin los cuales, los trabajadores estarían totalmente desprotegidos y a merced de otros intereses.

¿Cómo se atreve vd. a hacer semejantes afirmaciones de mi persona, cuando ni tan siquiera creo que me distingue de entre los ciudadanos de esta ciudad? Mire, sra. Auri, Jesús Varela, al que vd. tacha de militante antisindicalista y de defensor de no sé que intereses, desde el año 1968 (siendo aprendiz) y hasta después de la legalización del sindicato, aportó su pequeño grano de arena para la consolidación del mismo. Primero, cobrando el cupón de afiliación (mano a mano) en una de las zonas del astillero de la antigua Bazán; luego, trabajando en las tardes libres en el local que como CCOO compráramos en la calle Alcalde Usero; también, colaborando en las asambleas que, al objeto de captar nuevos afiliados, se celebraban en los pequeños talleres que había por la ciudad; más tarde, como miembro del comité de empresa junto al hoy secretario general de CCOO etc., etc. Es decir, sra. Auri Vázquez, si entre vd. y yo, alguien puede hacer uso de la tan manida frase “gracias al esfuerzo de tanta y tanta gente, los trabajadores… etc., etc.” ese soy yo, no vd.

Vd. está viviendo en una sociedad nueva, una sociedad fruto del esfuerzo de otros, y entre esos otros, aunque con una pequeña aportación, estoy yo, sra. Auri. Mientras vd. aprendió a caminar, soñaba con ser la Cenicienta y jugaba con las muñecas, otros hicimos el trabajo necesario para que ahora vd. pudiera elegir libremente vivir y trabajar como liberada en una organización sindical. Yo, al que vd. ataca por atreverse a decir lo que piensan cientos o miles de ferrolanos, acertadamente o no, pero que así es como piensan, también llevo dos años luchando por levantar el maldito veto que pesa sobre Astano, y ahora le pregunto: ¿Dónde estuvo vd. durante ese tiempo con este asunto? Porque luchar por eso también es hacer política social, y vd. de eso es la responsable comarcal en su sindicato. ¿De qué me acusa vd.? ¿De no compartir su forma de pensar o de atreverme a decirlo públicamente? Mire vd., vivo en un país libre y ni vd. ni espero que nadie condicione mi vida siempre que discurra, como hasta ahora fue, dentro del mayor respeto a la honorabilidad de las personas.
diariodeferrol.com

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