Desde la última reconversión (2004), el Gobierno español ha llevado a rajatabla la letra pequeña del acuerdo firmado con la Unión Europea en lo que se refiere a la antigua Astano, que ha convertido en un taller auxiliar de la planta de Ferrol. En sus instalaciones se fabrican módulos para los barcos que después se ensamblan en Ferrol, tarea que da empleo a unos mil trabajadores -el último ajuste laboral dejó reducida la plantilla directa a 360 personas-, entre propios y auxiliares. Sin embargo, el gigante industrial de Perlío está claramente infrautilizado.
Su situación ha provocado desde el 2004 continuas iniciativas políticas, debates y propuestas sociales, como la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) impulsada por la comisión en defensa del astillero y del sector naval gallego, Rumbo 21. El cambio en el Ministerio de Economía, a cuyo frente el presidente del Gobierno ha colocado a la ourensana Elena Salgado, abre la puerta a un posible cambio de rumbo en la política industrial que ha marcado la última etapa de la planta de Fene. De su gabinete depende directamente la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, (SEPI), cuyo responsable hasta el momento, Enrique Martínez Robles, anunció a finales del 2006 su disponibilidad a aprovechar lo que calificó como «activos ociosos» de la factoría para favorecer la implantación de nuevas industrias, ajenas al naval. Pese a que tanto la SEPI como la Xunta aseguraron durante los últimos cuatro años que mantenían conversaciones con empresas interesadas en asentarse en el astillero, no se ha concretado ningún proyecto.
La toma de posesión de Salgado, en plenas vacaciones de Semana Santa, fue el disparadero de los rumores sobre los posibles relevos en la cúpula de la SEPI, primero, y de Navantia, después. Sin embargo, nigún cambio se ha materializado por el momento. Tampoco se han tomado por ahora decisiones que hayan modificado la política que ha primado en los astilleros públicos. No obstante, la vuelta a los números rojos y la falta de nuevas contrataciones desde hace casi dos años auguran cuando poco un cambio de rumbo en la compañía.
lavozdegalicia.es
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