Las incertidumbres que flotan sobre el convenio que el Gobierno español estableció en su día con la Unión Europea para evitar la reintegración de las ayudas ilegales a los astilleron públicos son, en palabras del especialista en derecho de la competencia Joseba Aitor Echevarría, el principal escollo para la recuperación de la actividad civil en Astano. El abogado y profesor en la Universidad de Valladolid participó ayer en la primera de las jornadas sobre el sector naval que organiza la comisión Rumbo 21, promotora de la iniciativa legislativa popular por el futuro de la factoría fenesa, para exponer la situación legal del “veto” y las posibilidades de superarlo.
“El primer problema es que no sabemos qué comprometió el Gobierno español”, explicó Echevarría. Según explicó, España buscó como subterfugio la seguridad nacional para escapar a las consecuencias del principio comunitario que garantiza la libre competencia, es decir, el reintegro de las ayudas. De esa manera, estableció el acuerdo a través de una serie de cartas con la Comisión Europea cuyo contenido sólo es parcialmente conocido. “Conocemos lo que la UE ha publicado, pero no tenemos ni idea de lo que dijo el Gobierno español”, explicó el experto.
Así las cosas, Echevarría dibujó dos posibles caminos para tratar de devolver a Astano la actividad civil, teniendo en cuenta que la Unión Europea limita a este sector el 20% de la facturación de Navantia. Por un lado, la compañía podría licitar un derecho de uso, siempre de forma transparente y sin discriminación de ningún tipo, o bien renegociar con Bruselas y liberar al astillero de las restricciones mediante el reintegro de parte de las ayudas. En este punto, el experto aludió a que tendría que regir el principio de proporcionalidad -porque a Astano le correspondió una parte mínima de los 864 millones de euros que reclama Europa- y tener en cuenta el tiempo transcurrido. Echevarría se inclinó por esta última solución y estimó que en este momento de crisis, en el que los gobiernos están facilitando ayudas económicas a sectores deficitarios, “se va a abrir la mano”.
Echevarría consideró también, con respecto a la primera de las salidas, que “todavía queda margen dentro del 20%”. Estimó que Navantia podría concentrar en Astano toda su actividad civil, aunque reconoció que no se sabe si reparaciones entra dentro de este capítulo o si el techo de plantilla establecido desde Bruselas afectaría también a las empresas que pudiesen optar al contrato de uso del astillero.
diariodeferrol.com
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