Ahora
creo que no es momento de analizar la positividad o negatividad, si es
que la hay, del acuerdo alcanzado entre Pemex y Barreras para la
adquisición, por parte de la petrolera mejicana, del 51 % de las
acciones del astillero vigués. No, ahora cualquier análisis nos
llevaría, casi con toda seguridad, a errar en las conclusiones, y lo
haría, debido a la escasa, prácticamente nula, información de la que
disponemos como para opinar de forma seria y rigurosa. Ahora lo que toca
ahora es esperar a ver como se desarrollan los acontecimientos. No
obstante, el gran peligro de este acuerdo, a primera vista, es en que se
podría convertir en un “Pan para hoy y hambre para mañana“.
Ahora
y tras lo ocurrido con ese acuerdo de compra por parte de Pemex, lo que
debe de atraer toda nuestra atención, es la situación en la que se
encuentra Navantia en estos momentos. Eso es lo que nos debe de
preocupar. El nuevo escenario puede, sin duda, echar por tierra todas
las expectativas que se habían creado en la Ría de Ferrol. Las
recientes, aunque escasas, declaraciones del presidente de Barreras,
José García Costas, justifican una por una todas las desconfianzas de
aquellos que nunca aceptamos los anuncios tan contundentes que se fueron
sirviendo desde la Xunta a través de los medios de comunicación.
La
misma petrolera mejicana expresó recientemente – en la Conferencia
Tecnológica del Off – Shore – que ahora falta por saber en qué terminan
las negociaciones con Navantia iniciadas en el año 2012. Y es que el
pacto con el astillero gallego, era exclusivo para lograr un acuerdo en
el caso de que se licitasen la construcción de los dos buques flotel.
Por tanto y teniendo en cuenta que ahora Pemex ya no está en la
obligación de realizar el concurso público a que le obliga la Ley
Federal Anticorrupción en Contrataciones Públicas, Navantia puede,
perfectísimamente, quedarse sin ese ansiado proyecto de construcción.
Y
ya pensando en esta última situación ¿Qué fue lo que se le ocurrió a
alguna de esas mentes prodigiosas con las que cuentan en el seno de la
Xunta? Pues nada, el mensaje que se transmite a través de los medios es
que Navantia podría, temporalmente claro, subcontratar de Barreras. ¡¡
Que barbaridad !! ¿Pero como una empresa que tiene el valor hora
alrededor de 30 euros le va a poder subcontratar a otra que tiene ese
mismo valor establecido en 60 euros? Bueno, pues esa es la política que
se emplea, la del engaño permanente. En mi opinión, y así lo expresé
repetidamente, todo lo que rodeo a la construcción del flotel en
Navantia Ferrol estuvo mucho más marcado por la desconfianza que por la
veracidad de las noticias que se nos daban. Que Navantia Ferrol gane, en
estos momentos y circunstancias, un concurso internacional para la
construcción de un buque mercante, ofertando en condiciones de mercado y
además en condiciones de rentabilidad como marcan determinados
acuerdos, es prácticamente imposible. Y no olvidemos, por favor, que
hace tan solo un par de meses Navantia se quedó fuera de la lista corta
para la construcción de un buque para Noruega por ser, según su
presidente, José Manuel Revuelta, muy caros ¿O no?.
Pero
bueno, el caso es que el viernes, 25 de Mayo del 2012, la prensa
escrita publicaba en primera plana “Pemex encarga 14 barcos en Galicia”.
Posteriormente y después de cuatro meses, el jueves 20 de Septiembre,
los mismos medios volvían a hacerse eco del mismo asunto y publicaron,
también en primera plana, “El encargo de Pemex de dos buques flotel a
Navantia y Barreras ya es firme”. Pues bien, después de un año y de ríos
de tinta a través de las páginas de los periódicos ¿Qué tenemos?. Se
hicieron muchas afirmaciones, demasiadas, y en ellas, se tuvieron muy
poco en cuenta a los miles de personas y de familias que había tras todo
lo que se afirmaba.
Se
jugó con las personas sin tener en consideración ni los sentimientos ni
las diferentes situaciones que en el seno de las familias se vivía y
vive. Solo se tuvieron en cuenta los malditos intereses partidistas y,
en muchos casos, los personales. Recordemos lo que también vino
publicado en primera plana, “la construcción de los remolcadores para
Pemex empezará tras el verano (del 2012). Pues bien, ya estamos en los
albores del verano del 2013 y la vida sigue igual. Bueno, cada día que
pasa un poco peor desgraciadamente.
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