sábado, 1 de septiembre de 2012

La construcción naval ya solo da empleo a una firma auxiliar en el astillero fenés


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Diario de Ferrol-2012-09-02-003-8287ee1e
montse Mayoral ferrol
Frente a los 800 trabajadores de industrias auxiliares que franqueaban hace un par de años las puertas de Navantia Fene, resulta desoladora la cifra de los únicos 69 operarios de la empresa Nervión que sobreviven todavía a la crítica falta de contratos del naval. Al margen de los empleados de mantenimiento, limpieza y prevención, que conservan sus puestos, es la única plantilla subcontratada que sigue acudiendo al astillero de Perlío.

Pese a que el verano ha marcado, con seguridad, un auténtico derrumbe del empleo en las industrias auxiliares del naval, a los comités de empresa de la empresa pública todavía les resulta complicado poner números a la situación. Hasta que avance septiembre y se incorporen todos los que permanecen de vacaciones, señalan, no se podrá hacer una fotografía fiable de los empleos que se ha llevado por delante la finalización de los programas del “Canberra” y la F-105.

Pese a ello, la situación del astillero de Fene es sintomática y sirve como adelanto de lo que ocurrirá en Ferrol. Nervión, que tenía hace un año algo más de 150 trabajadores en la antigua Astano, se ocupa actualmente de la construcción de uno de los bloques para el segundo destructor australiano –como se recordará, los responsables del programa decidieron desviar cinco bloques del segundo y otros tantos del tercero a los astilleros de la ría tras comprobar que el ritmo de construcción en las factorías del país no era el adecuado–. Solo 69 operarios se ocupan de estas tareas, que se prolongarán hasta finales de octubre. En esa fecha comenzará la construcción de otro bloque para el tercer destructor, pero la plantilla de Navantia asumirá la mayor parte del trabajo y Nervión tendrá que volver a reducir su plantel.

Del paisaje del astillero de Fene han desaparecido firmas como Maessa, Tubacer o Tecnymo, que ocupaban a cientos de trabajadores. Y una situación parecida vive el astillero de Ferrol en lo que respecta a las auxiliares del metal. Actualmente, solo permanecen en el tajo unos 180 trabajadores de Maessa, ocupados en la realización de un bloque para el segundo destructor australiano, pero no hay más de este gremio porque no hay que cortar chapas para ningún otro navío.
El naval ferrolano ha llegado al punto sobre el que han venido advirtiendo los comités de empresa con sus movilizaciones de los últimos dos años. El dique flotante, a falta de nuevos contratos de construcción, se presenta como la única medida viable, no ya para evitar los despidos, sino para devolver a la vida activa en un plazo razonable al menos a parte de los trabajadores que ya están en las listas del paro.
La SEPI ha rebasado ya el plazo que se concedió –hasta el mes de agosto– para decidir si se acomete el proyecto y se espera que en los próximos días se celebre la reunión de seguimiento para llegar a la esperada conclusión. n

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