La naviera canaria Armas, que ha contratado siete barcos del tipo
ferri en el astillero Barreras desde el año 2006, con un valor próximo a los 600
millones de euros, está estudiando la posibilidad de desviar a otro astillero el
precontrato que mantenía con el astillero vigués para construir un nuevo ferri
de gran envergadura, ante la falta de concreción sobre el futuro de la
empresa.
En concreto, según fuentes de la empresa, se trataría de una nave
para el transporte de pasajeros y de vehículos de unos 230 metros de eslora, que
obligaría, por su tamaño, a construirla en dos grandes trozos al no caber en sus
gradas actuales, que tiene capacidad para naves de hasta 200 metros de largo. Un
segmento de este coloso estaría conformado por la proa, mientras que el resto
del casco tendría una longitud de unos 200 metros. Barreras tendrá que usar un
dique flotante para poder realizar el conjunto de la obra. El contrato se estima
en unos 150 millones, una cifra que valdría como argumento para negociar con los
acreedores y tratar de llegar a un acuerdo sobre los pagos pendientes y posibles
condonaciones.
La interrupción de los vínculos comerciales con Barreras se
habría acelerado por la falta de concreción del sistema de bonificaciones
fiscales para la construcción naval, denominado tax lease, que fue
impugnado por astilleros holandeses y cuya alternativa no ha sido admitida por
Bruselas al considerar que no se ajusta a la legalidad vigente comunitaria, al
ser identificada como ayudas de Estado. Estas están taxativamente prohibidas por
los Tratados de la UE.
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