La pérdida de empleo en el naval vigués es tan alarmante que
en estos momentos ya hay más trabajadores en los astilleros e industria
auxiliar de Ferrol -sus astilleros pertenecen al Estado-, según
cálculos de la CIG, sindicato mayoritario en el sector.
En la Ría de Vigo hay unos 3.000 empleados, de los que muchos
están afectados por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE)
temporal, que la central nacionalista estiman que se acabarán en un
plazo de un mes. “Algunos ya se renovaron dos veces y más, pero los ERE
tienen un tope y están a punto de producirse por lo que tememos que se
conviertan en despidos”, explicó ayer en rueda de prensa el secretario
comarcal del metal de la CIG Manolo Simón.
Los datos son muy preocupantes si se tiene en cuenta que hace un año había 7.000 trabajadores y en los años del 'boom' el naval vigués llegó a emplear a más de 10.000 personas.
En Ferrol -con dos astilleros públicos de Navantia- hay unos 3.500 empleados y la situación al norte de Galicia “está siendo un espejo de lo que pasó en Vigo en los últimos meses”. “Cada viernes van desfilando por la puerta entre 15 y 20 trabajadores”, apunta Vicente Vidal, portavoz del sindicato en la comarca ferrolana, que recuerda que la carga de trabajo que tienen es escasa. Están construyendo dos megabuques para Australia que se entregarán en 2013. Ambos astilleros tienen un veto de la UE desde los años 80 y hasta 2015 por el cual no pueden dedicarse a la construcción civil.
La CIG ha convocado una manifestación para hoy en Santiago que finalizará en San Caetano, donde pedirán reuniones con los conselleiros de Economía e Industria y Traballo. El sindicato les solicitará que “trabajen por el sector” y que “no se limiten a decir que el asunto del 'tax lease' es cuestión del Gobierno”. La central nacionalista propone que Hacienda y la Seguridad Social hagan un aplazamiento del cobro de las deudas contraídas por la industria auxiliar ya que “a la inmensa mayoría les deben dinero los grandes astilleros en concurso de acreedores”, como Barreras o Vulcano.
El sindicato también propone que se ponga en marcha un fondo de garantías patrimonial exclusivo para Galicia y que el sector se reorganice, comprando material de manera conjunta o con una oficina técnica única para todos los astilleros con el fin de abaratar costes. “Aquí el 70% es mano de obra y el 30% es bienes de equipo y en mano de obra no podemos competir con los gigantes asiáticos como China o Corea. El sistema debe cambiar”, apuntaba Xoan Xosé Bouzas, secretario nacional del metal de la CIG.
La
CIG, ayer en rueda de prensa en Vigo, convocó una manifestación para hoy
en Santiago.
Los datos son muy preocupantes si se tiene en cuenta que hace un año había 7.000 trabajadores y en los años del 'boom' el naval vigués llegó a emplear a más de 10.000 personas.
En Ferrol -con dos astilleros públicos de Navantia- hay unos 3.500 empleados y la situación al norte de Galicia “está siendo un espejo de lo que pasó en Vigo en los últimos meses”. “Cada viernes van desfilando por la puerta entre 15 y 20 trabajadores”, apunta Vicente Vidal, portavoz del sindicato en la comarca ferrolana, que recuerda que la carga de trabajo que tienen es escasa. Están construyendo dos megabuques para Australia que se entregarán en 2013. Ambos astilleros tienen un veto de la UE desde los años 80 y hasta 2015 por el cual no pueden dedicarse a la construcción civil.
La CIG ha convocado una manifestación para hoy en Santiago que finalizará en San Caetano, donde pedirán reuniones con los conselleiros de Economía e Industria y Traballo. El sindicato les solicitará que “trabajen por el sector” y que “no se limiten a decir que el asunto del 'tax lease' es cuestión del Gobierno”. La central nacionalista propone que Hacienda y la Seguridad Social hagan un aplazamiento del cobro de las deudas contraídas por la industria auxiliar ya que “a la inmensa mayoría les deben dinero los grandes astilleros en concurso de acreedores”, como Barreras o Vulcano.
El sindicato también propone que se ponga en marcha un fondo de garantías patrimonial exclusivo para Galicia y que el sector se reorganice, comprando material de manera conjunta o con una oficina técnica única para todos los astilleros con el fin de abaratar costes. “Aquí el 70% es mano de obra y el 30% es bienes de equipo y en mano de obra no podemos competir con los gigantes asiáticos como China o Corea. El sistema debe cambiar”, apuntaba Xoan Xosé Bouzas, secretario nacional del metal de la CIG.
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