El mundo asiste a los constantes hitos navales de Ferrol.
En 1754, los astilleros ya iniciaban la historia de la construcción en Ferrol. Ante el Juan Carlos I, el más grande, los ferrolanos deberíamos sentirnos orgullosos. Pero esta comarca sufre un eterno problema, tenemos la espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Se acaba el trabajo. Ya en las pasadas semanas, los trabajadores de las subcontratas se manifestaban a las puertas de las factorías. Venimos advirtiendo desde hace tiempo sobre una situación insostenible, pero nadie mueve un dedo. Se vende como algo extraordinario la última misión comercial en Australia, desgraciadamente los empresarios han tenido que desplazarse hasta allí para lograr contratos. Ellos mismos tienen que contribuir a mantener en pie lo que tanto esfuerzo costó.
¿Qué sería de los astilleros sin la valía de los obreros?
Tanto en la antigua Bazán, como en Izar o Navantia, siempre ha destacado la profesionalidad de su plantilla. Los astilleros de Ferrol siguen destacando en el primer nivel del mundo, somos capaces de cualquier reto, somos los mejores y está demostrado. Los que nos hemos prejubilado tras trabajar ahí celebramos los éxitos.
¿También temen el fracaso?
Necesitamos carga de trabajo, algo más que construir. Tras la bonanza de los últimos años, nos hemos quedado estancados. Y en los últimos tiempos, las auxiliares del naval ya han perdido 1.000 puestos de trabajo. La preocupación crece.
¿Qué pasará en 2012?
No hay que esperar hasta esa fecha. Ahora sólo hay trabajo para toda la plantilla hasta mediados de 2011, los problemas empezarán en junio. Y si seguimos así, en dos años no habrá ocupación para nadie. La dirección de Navantia debe lograr un contrato de inmediato, desde que se firma un acuerdo puede tardar meses o incluso un año en iniciarse la construcción. Le vemos las orejas al lobo. El trabajo para 2011 es escaso y no beneficiará a todos los gremios.
Pero cada buque se convierte en objeto de admiración...
Aunque seamos los mejores del mundo, también existe un problema de mentalidad. Y nos hemos acostumbrado tanto a las prejubilaciones, que no nos preocupamos por lo que vendrá en el futuro. Existe demasiado conformismo en Ferrol, podríamos aplicar el siguiente dicho: "O que veña atrás, que are". Antes detrás de cada prejubilado había una familia, pero ahora ya son dos o tres. No se crean nuevos empleos, no pensamos en nuestros hijos. Ferrol perdió en 20 años 20.000 habitantes. Y los chicos de 18 años inician una carrera pensando en marcharse de la ciudad. Reina la apatía.
¿Por qué Rumbo 21 insiste en relanzar los astilleros de Fene como sea?
Ahora nos echamos las manos a la cabeza con el decreto del carbón. Pero desde hace muchos años sufrimos el veto sobre Astano. El retorno de la construcción civil a Fene no sería una solución total, pero sí una de las soluciones. Si la parcela se pusiera a funcionar con una actividad normal, podríamos lograr entre 3.000 y 4.000 puestos de trabajo.elcorreogallego.es
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