Así es, la Iniciativa Legislativa Popular que Rumbo 21 promovió en favor del sector naval público de Galicia y particularmente en apoyo al levantamiento del veto que pesa sobre la antigua Astano, ya es ley. Ahora, ya hay una herramienta que obliga, tanto al gobierno gallego actual como a los futuros, a amparar, promocionar y proyectar a todos los niveles, a un sector industrial que fue reconocido por unanimidad en el Parlamento de Galicia como estratégico para la Comunidad.
Pero eso, lo conseguido hasta el momento, los ferrolterranos no podemos decir, lamentablemente, que fuese conseguido como resultado de una acción unitaria y solidaria por parte de todos los estamentos de la sociedad de Ferrolterra. Y si bien es cierto que los ciudadanos en general y como tantas y tantas veces, estuvieron a la altura de las circunstancias y demostraron con sus más de 18.600 apoyos, responsabilidad y compromiso, no es menos cierto que quienes fallaron y demostraron no saber hacerse merecedores a la confianza de la sociedad, fueron esas personas y entidades que se caracterizaron por mantenerse desaparecidos cuando no, manifestándose frontalmente en contra de Rumbo 21 y de su reivindicación.
¿A quién o quiénes defendieron con su postura determinados sindicatos?, ¿A quién defendió con su actitud el partido que siempre se hizo llamar partido de los trabajadores? A las más de 17.000 personas de nuestras comarcas que sistemáticamente buscan, sin encontrarlo, un puesto de trabajo y dónde ganar un salario, está claro que no.
Y en esa dinámica, el Sr. Cayo Lara está deslegitimado para tachar de caradura al presidente Zapatero, como lo hizo este pasado fin de semana en Madrid, diciendo que traicionó a sus votantes, mientras él y como coordinador general de IU, permitió a su agrupación comarcal mantener esa postura, también de traición a sus votantes parados y en busca de un puesto de trabajo.
Qué ejercicio de demagogia cuando se decía que no se apoyaba a Rumbo 21 porque se quiere un astillero público. Esas organizaciones, otrora grandes defensoras del mundo del trabajo, pienso que en este caso concreto del astillero de Fene y con su actitud, lo que hicieron en este preciso momento fue un gran daño al conjunto de la sociedad de Ferrolterra.
Pero ya al margen de las organizaciones, las personas que con este asunto y que sin duda más daño le causaron a Ferrol y comarca durante este proceso, fueron los alcaldes de Ferrol y de Fene. Irisarri e Iván Puentes, nunca estuvieron al lado de sus conciudadanos, defendieron en todo momento los intereses partidistas del PSOE y aún cuando vieron como el pueblo de Ferrolterra era engañado una y otra vez, nunca tuvieron los arrestos suficientes como para decir basta ya.
Se comportaron en todo momento como auténticos títeres del partido, y al mismo tiempo, defendieron sus propios intereses, pues de esa manera y al no contradecir a sus superiores en el aparato político, se aseguraban las bendiciones para, al menos, seguir en la pugna para optar a la reelección.
Ahora, lo que ya no se podrá entender con tanta facilidad, es que estas dos personas nos cuenten en la campaña electoral que viene, que trabajarán para defender los intereses de Ferrol uno y de Fene el otro, porque eso, ya quedó archidemostrado que no se ajusta a la verdad. Declaraciones de ese tipo, si se vuelven a dar, incluso habrá quien las considere como una demostración de poca vergüenza. Pero ya por encima de todo, y superando con creces todo tipo de expectativas, nos encontramos con una figura política que es la más clara demostración de insensibilidad y de compromiso con el entorno, gracias al cual, desempeña su actividad política, hoy incluso, podríamos decir que su actividad profesional, y ese señor, se llama Xavier Carro.
El diputado Carro, si por algo destacó fue precisamente por desdecirse de forma continuada cada vez que del veto de Astano hablaba, siempre que se le preguntó por los pasos que el gobierno de España daba en esa dirección mentía descaradamente, sabiendo como sabía, de que el gobierno seguía sin mover ficha, pero es que incluso y cuando desde Ferrol se intentaba dar un nuevo impulso a la reivindicación, intentaba por todos los medios a su alcance, boicotearlo.
Ése, ése es el Sr. Carro, el mismo que sin lugar a dudas, dentro de unos pocos meses y en campaña municipal, volverá a prometerle a la sociedad de Ferrolterra su compromiso y preocupación por la tierra. Lo conseguido hasta el momento es verdaderamente importante y significativo, pero el trabajo está por rematar, y está y estará incompleto mientras el objetivo principal no se consiga, y ése, es el levantamiento del veto.
Por lo tanto, todos aquellos que de una u otra manera, mantuvieron ese absoluto escepticismo con la reivindicación, todavía tienen la oportunidad de hacer la correspondiente rectificación y ponerse del lado de los intereses de los ciudadanos, los intereses del pueblo. Ese pueblo, al que todos dicen defender pero que obrando así, nadie defiende.
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