jueves, 29 de abril de 2010

¿Quién se está cargando Navantia?

29/04/2010 (Infodefensa.com) Madrid - Dice el Gobierno, a través de la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, que de las pérdidas de Navantia tienen la culpa, en parte, la "gran complejidad técnica" de los barcos que construye lo que ocasiona retrasos en la entrega. La otra parte parece ser una "malvada" herramienta contable que durante 2008 y 2009 ha reconocido ingresos y gastos en función del ritmo de los programas.



Todo un contubernio que deja en números rojos al astillero público y que deja a su cliente principal, la Armada, sin los buques que responden a sus necesidades. Eso sí, un contubernio que estará poniendo contentísimos a los astilleros competidores europeos, que deben estarse dando cuenta, como nos la damos todos, de que Navantia no va por buen camino.

Puestos a teorizar, en el seno de la Marina española -y hasta dentro de la propia empresa- se manejan otras hipótesis para explicar los retrasos y problemas, y es que hay más de 4.000 razones por las que la Armada no cuenta en fecha con buques como el Juan Carlos I o el Cantabria. Dichas razones no son otra cosa que la desaparición de más de 4.000 puestos de trabajo, la inmensa mayoría vía prejubilación de mayores de 52 años.


Con ello, los responsables de la empresa han logrado un ahorro de costes económicos, pero a costa de cargarse a todo el personal con experiencia (desde ingenieros a peones), algo bastante necesario para acometer los proyectos de "gran complejidad técnica" a los que se refiere Elena Salgado.

En pocas palabras, la empresa, que hace unos años afrontaba con sus medios el 70 por 100 del trabajo y subcontrataba el 30 por 100, ahora, después de invertir esa proporción, no sólo construye peor sino también diseña peor en todas sus áreas, y eso es lo que da motivo a los retrasos... y si no que alguien dé una mejor explicación a los problemas de cavitación de las hélices del Juan Carlos I o a los problemas del motor del Cantabria.

En cuanto a la "malvada" herramienta contable de Navantia, quizás sea que se empeña en contabilizar el impacto económico de factorías deficitarias. Lodos que vienen de los polvos de 2001, cuando alguien se empeñó en encalomarle Astilleros Españoles a Bazán, y de 2005 cuando se deshace el Grupo Izar y concentran los astilleros militares, incluyendo Puerto Real, Cádiz y Fene, en lo que hoy es Navantia.

Indigna ver las discusiones y cruces de acusaciones que se traen Gobierno y oposición a costa de Navantia. Ninguno puede tirar la primera piedra. Hace diez años ya se sabía que la solución de futuro de Bazán era especializarse en buques tecnológicamente punteros y reducir infraestructuras, concentrando en Ferrol y Cartagena toda la actividad y cerrando San Fernando.

Desde entonces, sin embargo, todos han hecho lo contrario: aumentar instalaciones, creando el "morlaco" de la Bahía de Cádiz, y prescindir de los técnicos cualificados. Y es que en el fondo, siempre se tiene la sensación de que a los políticos les importa muy poco lo de que la Armada cuente con buques punteros para la defensa de los intereses españoles y que estos buques se fabriquen con eficacia y calidad. Lo que cuenta es evitar conflictividad laboral y mantener estómagos agradecidos. ¿Quién se atrevería a poner el cascabel al gato de cerrar Puerto Real?... aunque puestos a eso, y ya que aquí lo que parece importar es mantener el empleo en ciertas zonas, quizá la solución de Navantia es que sus sueldos en el sur los pague la Junta de Andalucía.

Ágora

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