14.03.2007 La rivalidad indujo al conselleiro de Industria a sopesar la idea de crear un organismo similar al Igape ··Intentó jugar la baza de Navantia-Fene con Barreras frente a la iniciativa auspiciada por SEPI
Las críticas de los populares y los susurros de los nacionalistas sobre plan de desarrollo integral de Ferrol, Eume y Ortegal, presentado in situ el pasado lunes por el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, acompañado en todo momento por el conselleiro de Economía, José Ramón Fernández Antonio, tienen una vertiente claramente electoral, en la perspectiva de los comicios locales del 27 de mayo. Como igualmente la tiene el hecho de que los gobernantes socialistas hayan esperado a estas fechas, dos meses y medio antes de la cita con las urnas, para darlo a conocer públicamente.
El Plan ha sido elaborado por la firma Boston Consulting, a instancias del Instituto Galego de Promoción Económica, dirigido por José Antonio Delgado Arce. Una decisión que, desde el primer momento, no cayó bien en la Consellería de Industria, al entender esta que la reindustrialización de Ferrol pertenece a su ámbito de competencias, y no al de la Consellería de Economía.
Esa rivalidad indujó a Fernando Blanco a sopesar la idea de crear un organismo de promoción industrial que le hiciese la competencia al Igape. Idea que fue descartada por el rechazo frontal que opondría Touriño a duplicar ese tipo de servicio. No obstante, Blanco no renunció a buscar por su cuenta una alternativa, para uso de los terrenos occiosos de Navantia-Fene, a la contemplada en el plan de Boston Consulting de acuerdo con el presidente de la SEPI, Enrique Martínez Robles.
Así mientras esta apostaba por el compromiso, ahora ya cerrado, de incluirlo en el plan Ferrol y liberar 200.000 metros cuadros de Astano para destinarlos a actividades industriales relacionadas con los equipos de producción de las energías eólica y mareomotriz, la Consellería de Industria se inclinaba porque los terrenos de Perlío fuesen desafectados, a fin de que Hijos de Barreras pudiese construir allí barcos civiles.
Pese a estar informado de las nulas posibilidades que existían de que la Unión Europea aceptase modificar el acuerdo por el que Navantia Fene no podía dedicarse a la construcción civil hasta el año 2015, Blanco siguió adelante con su inciativa, provocando un fuerte malestar en los impulsores del plan Ferrol y en la propia SEPI.
En consecuencia, Touriño hizo un par de fintas para no quedar atrapado en los hierros del fiasco, y finalmente el conselleiro de Industria se presentó en Bruselas con lo puesto y retornó a Santiago de la misma guisa.
Esas diferencias fueron aprovechadas por los populares, y singularmente por su líder, Alberto Núñez Feijóo, y el alcalde de Ferrol, Juan Juncal, para sumarse a la privatización de Barreras y ofrecerle su más sentido pésame a Fernando Blanco.
Cuenta gente de su entorno, que el presidente de Barreras, José Franscico González Viñas, se ha sentido utilizado políticamente para una operación que no gozaba de los apoyos precisos para salir adelante. Visto “el embarque”, Viñas “ha cerrado ese libro y pasado página”.
En cambio, Anxo Quintana saluda el Plan Ferrol como una iniciativa “compartida por todo el Gobierno”. Lealtad obligada.
El Plan ha sido elaborado por la firma Boston Consulting, a instancias del Instituto Galego de Promoción Económica, dirigido por José Antonio Delgado Arce. Una decisión que, desde el primer momento, no cayó bien en la Consellería de Industria, al entender esta que la reindustrialización de Ferrol pertenece a su ámbito de competencias, y no al de la Consellería de Economía.
Esa rivalidad indujó a Fernando Blanco a sopesar la idea de crear un organismo de promoción industrial que le hiciese la competencia al Igape. Idea que fue descartada por el rechazo frontal que opondría Touriño a duplicar ese tipo de servicio. No obstante, Blanco no renunció a buscar por su cuenta una alternativa, para uso de los terrenos occiosos de Navantia-Fene, a la contemplada en el plan de Boston Consulting de acuerdo con el presidente de la SEPI, Enrique Martínez Robles.
Así mientras esta apostaba por el compromiso, ahora ya cerrado, de incluirlo en el plan Ferrol y liberar 200.000 metros cuadros de Astano para destinarlos a actividades industriales relacionadas con los equipos de producción de las energías eólica y mareomotriz, la Consellería de Industria se inclinaba porque los terrenos de Perlío fuesen desafectados, a fin de que Hijos de Barreras pudiese construir allí barcos civiles.
Pese a estar informado de las nulas posibilidades que existían de que la Unión Europea aceptase modificar el acuerdo por el que Navantia Fene no podía dedicarse a la construcción civil hasta el año 2015, Blanco siguió adelante con su inciativa, provocando un fuerte malestar en los impulsores del plan Ferrol y en la propia SEPI.
En consecuencia, Touriño hizo un par de fintas para no quedar atrapado en los hierros del fiasco, y finalmente el conselleiro de Industria se presentó en Bruselas con lo puesto y retornó a Santiago de la misma guisa.
Esas diferencias fueron aprovechadas por los populares, y singularmente por su líder, Alberto Núñez Feijóo, y el alcalde de Ferrol, Juan Juncal, para sumarse a la privatización de Barreras y ofrecerle su más sentido pésame a Fernando Blanco.
Cuenta gente de su entorno, que el presidente de Barreras, José Franscico González Viñas, se ha sentido utilizado políticamente para una operación que no gozaba de los apoyos precisos para salir adelante. Visto “el embarque”, Viñas “ha cerrado ese libro y pasado página”.
En cambio, Anxo Quintana saluda el Plan Ferrol como una iniciativa “compartida por todo el Gobierno”. Lealtad obligada.
elcorreogallego.es
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