martes, 1 de octubre de 2013

FERROL Y EL BUQUE FLOTEL


                 

               Ahora salta la liebre, ahora, al fin, los diferentes medios de comunicación ya no tienen reparo alguno en decir que Navantia tendrá que pelearse con otros doce astilleros en concurso público por la construcción del flotel al que todos daban por seguro desde Septiembre del año pasado. ¿Por qué siempre se dio por segura la construcción del buque? ¿Por qué nunca se contaron las cosas tal cual eran y son? Con la opacidad que se rodeo a todo este asunto, el daño que se le hizo a Ferrolterra es, en algunos casos, sobre todo a nivel familiar, irreparable, y de ello, tienen culpa, de forma directa, el presidente Feijoo, el alcalde de Ferrol y algún que otro medio de comunicación.

Personalmente nunca tuve confianza en que Navantia  pudiese construir alguno de estos dos flóteles de los que tanto se alardeo desde el ambiente político, y en esa línea, siempre mantuve y sigo manteniendo – con argumentos – mis dudas en cuanto a que Navantia construya ninguno de esos buques. Y ojalá me equivoque.  

Sabíamos que al sobrepasarse los 200 millones de dólares, el consejo de administración de PEMEX se veía obligado a convocar un concurso público. Así lo exige la ley mejicana contra la corrupción en las contrataciones públicas y así lo manifestaron repetidamente diversos consejeros profesionales de la petrolera. Sabíamos también, que por los acuerdos firmados con la UE y que tienen vigencia hasta el 1 de Enero del 2015, Navantia tiene que ofertar, para cualquier tipo de construcción o reparación civiles, en niveles de mercado y además, en condiciones de rentabilidad, es decir, TIENE QUE GANAR DINERO EN TODO CUANTO HAGA EN EL MERCADO CIVIL. Por tanto, para construir el flotel había muy serias y razonables dudas como para dar por hecho que el buque se pudiese construir en Ferrol sin contravenir las condiciones por las que se tiene que guiar Navantia dentro del mercado civil actualmente y hasta Enero del 2015.

Las organizaciones sindicales sabían esto, bueno, es de suponer, ¿Por qué entonces se dejaron ir e hicieron oídos sordos a estas cuestiones? ¿Por qué le dieron la espalda a una realidad que ellos mismos firmaron? ¿Se iba o se va, una vez más, a solucionar de forma irregular con ayudas encubiertas? Luego y como ya empieza a ser habitual en nuestro país, después de hacer las cosas mal, diremos que desde Bruselas no nos quieren bien.

¿A quién se le puede ocurrir pensar, en plan serio, que Navantia podría convertirse en una subcontrata de Barreras, como en su momento apuntó un medio de comunicación, y poder así optar a la construcción de uno de los flóteles?

Es cierto que desde Navantia y desde Santiago se sigue diciendo que un flotel se hará en Ferrol, pues bien, insisto, ojalá sea así y me equivoque, pero las cosas no están precisamente como para pensar que vaya a suceder de esa manera, por mucho que lo continúen afirmando los políticos de la Xunta. Es más, ni siquiera Barreras lo tiene asegurado. En Barreras ya están muy preocupados y tienen razón para estarlo, porque PEMEX no acaba de desembarcar con el dinero para la adquisición de ese 51% de las acciones, y eso, hace que ni el astillero de Vigo pueda dormir tranquilo.

En las instalaciones de Navantia nunca se construyó un buque de estas características. Sería el primero, y eso, en nada ayuda a afrontar el reto con garantías de éxito en lo económico. La falta de experiencia  en este nicho es un hándicap y como tal, juega en contra a la hora de la rentabilidad. Y eso, es una piedra más en el camino, y en este caso concreto, una piedra importante.

 

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