PEDRO DE SILVA
18.07.2013 | 08:42
Tal vez la fórmula finalmente aplicada aminore (y está por ver) el
impacto de la decisión Europea sobre la supervivencia de los astilleros.
Pero aunque se haya reducido el riesgo es inconcebible que se pongan en
peligro decenas de miles de empleos en España, y la viabilidad futura
de un castigado sector que al fin había logrado unos mínimos de
viabilidad. A esta aterradora insensibilidad hacia el empleo se añade la
constatación de que estamos en manos de una burocracia enorme, lenta y
estúpida. Si desde al menos 2006 la Comisión tuvo constancia fehaciente
del sistema no se explica que durante tantos años haya consentido su
continuación. El Gobierno debe asumir el reto de que la decisión sea
revocada en su integridad, impugnándola en todas las instancias y
enfrentándose a los burócratas de la UE, que tras acreditar su
incapacidad para crear empleo parecen saber cómo destruirlo.
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