Ahora
si. A partir de la medianoche del pasado Viernes, día 7, Pemex puede
hacer efectiva en cualquier momento su anunciada entrada ( 51 % ) en el
accionariado del astillero Barreras. Por lo tanto y si lo ya anunciado
se cumple, a partir de ahora y en cualquier momento, se empezará a
hablar en “serio“ de las anunciadas construcciones de los buques flotel.
Como
ya todos sabemos, Pemex y ante esa nueva situación, ( una vez hecha
efectiva la compra de ese 51 % de las acciones ) ya no estará obligada a
tener que licitar dichas construcciones, por lo que el camino para
Barreras se puede decir que ya está totalmente despejado. Sin embargo,
¿Se puede pensar lo mismo para Navantia Ferrol? No, las cosas para
Ferrol todavía están muy negras. Quizá ahora, peor que en el mes de
Septiembre del pasado año cuando Pemex ratificó la firma de los contratos de PMI con Barreras y Navantia en Santiago de Compostela.
Me
consta que se está trabajando para encontrar una formula que permita al
menos hacer un flotel en Navantia, pero no es nada fácil. No, no está
resultando sencillo, tanto, como que a estas alturas y después de nueve
meses, todavía no se sabe como hacer sin volver a vulnerar acuerdos
vigentes.
Es
posible que para mucha gente resulte paradójico que uno de los
problemas que tiene Navantia, quizá el más grande en estos momentos,
para acceder a la construcción del flotel, sea el no tener ningún buque
de guerra en construcción en este momento. Pero efectivamente, el hecho
de no tener actividad en el sector militar, es un gran hándicap a la
hora de poder contratar una nueva construcción civil.
El
presidente de Navantia dijo últimamente que eran muy caros y que así no
podían competir. Bueno, pues puede que tenga razón, él sabrá. Aunque en
ese contexto, efectivamente es cierto y hay que recordar, que Navantia
perdió un concurso para renovar las turbinas del portaaeronaves
tailandés Chakri Naruebet, (construido en Ferrol) que no se alcanzó la
lista corta en el concurso para la construcción de un buque de apoyo
logístico (tipo Cantabría) para Noruega, y que tampoco fuimos capaces de
meternos en la lista corta para optar a la construcción de dos
fragatas, también para la Armada Tailandesa.
Por
lo tanto, es posible que lo que dijo el presidente sobre lo de ser
caros tenga cierto fundamento, salvo que, los presupuestos fuesen, a
posta, inflados para no ganar los concursos y poder así, seguir adelante
con algo que pueda estar pensado de antemano desde Madrid de cara al
sector naval en la Ría de Ferrol. Y es que si no es así y de verdad
somos caros, ¿Cómo es posible que Navantia pueda hacer el buque flotel?
El
no tener un buque de guerra en construcción significa el no tener nada a
donde desviar ningún tipo de partida. Y siendo esa la situación, y
teniendo en cuenta que por lo recogido en el artículo nº 7 de los
acuerdos del 2004 Navantia tiene que trabajar en condiciones de mercado y
además en niveles de rentabilidad, construir el flotel, así, a pelo, es
sumamente peligroso y arriesgado.
¿Recuerdan
cuanto costó la última fragata, la F-105? Algo más de 800 millones
(según ECD defensa) frente a los 430 que costaron cada una de las otras
cuatro anteriores. Es decir, una barbaridad. Una enormidad que en ningún
caso se justifica con las mejoras que
se dice que se le practicaron a la unidad y que sin embargo, parecen
tener cierta vinculación con el arrastre y desvíos de partidas desde el
inicio de la construcción de la primera F – 100 hacia la última de
ellas.
Esa
es la gran debilidad de Navantia Ferrol ahora mismo para afrontar una
construcción civil. No tener nada que hacer en el mercado militar que
pueda servir de colchón. Y mientras no se solucione esa situación,
difícil va a estar el conseguir un contrato civil aunque realmente
existan posibilidades para ello.
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