Suscitó planes públicos y privados pero de nuevo se enfrenta al fantasma de la parálisis

Han pasado casi treinta años desde la primera
reconversión y el astillero de Fene no ha dejado de afrontar cambio tras
cambio, navegando en las agitadas aguas de las decisiones políticas y
estando amordazado por sucesivos vetos que le han excluido de la
construcción naval civil y lo han relegado a un papel secundario frente a
la factoría ferrolana. La drástica caída en la ocupación que afronta el
naval de la ría desde hace dos años está castigando especialmente a la
antigua Astano, que en mes y medio está abocada a la paralización total,
un lunes al sol para los ya poco más de 200 trabajadores que quedan en
sus instalaciones. «Están desmantelando el centro sin explicación
ninguna», advirtió esta misma semana el presidente del comité, Jorge
Prieto. Son pocos, pero los últimos de Navantia Fene han librado cientos
de batallas en defensa de sus puestos y de una industria que, junto a
la planta ferrolana, sigue siendo la gasolina que mueve el motor de la
economía de la comarca. En los últimos tiempos muchos proyectos para la
planta han hecho correr ríos de tinta, pero ninguno ha visto la luz ni
sacado del pozo de la infrautilización a la factoría.
¿Cuáles han sido los principales planes para Navantia Fene?
Tras la última reconversión, el astillero de Fene
entró a formar parte, en el 2005, de Navantia, pero con la expresa
prohibición de fabricar buques civiles. Desde entonces ha participado en
la fabricación de los barcos adjudicados a la ría, pero fabricando
bloques, nunca un buque entero. En el 2006, el astillero vigués
Barreras, con el respaldo de la Xunta del bipartito, lanzó un proyecto
para hacerse con parte del astillero, que fue rechazado por su dueño, la
SEPI, y por los trabajadores, que siempre han defendido su permanencia
en el sector público. Pero ante la presión de parte de la sociedad de
Ferrolterra, el Gobierno anunció que propiciaría el asentamiento de
industrias ajenas al naval en unos 200.000 de los 800.000 metros
cuadrados con los que cuenta el astillero. Nunca llegó a materializarse.
¿Suscitó interés de otras firmas privadas?
A lo largo de los últimos años, algunas empresas
estudiaron su posible asentamiento en la factoría o en las instalaciones
sin uso de la antigua Imenosa. Fue el caso de Galicia Mar Renovables,
que finalmente echó a andar en Cariño. Un consorcio de firmas auxiliares
de la comarca también había llegado a manifestar su voluntad de
aprovechar parte del suelo sin utilización para la fabricación de
plantas industriales y módulos de procesamiento, entre otros.
¿Ideó algo Navantia para sacar al astillero de su infrautilización?
El anterior equipo directivo de Navantia,
presidido por Aurelio Martínez, anunció en el 2010 su apuesta por
especializar a los astilleros de Fene y Puerto Real (Cádiz) en la eólica
marina, tanto para la fabricación de aerogeneradores como en
plataformas y buques auxiliares. Pese a haber manifestado el interés de
empresas españolas y británicas para llegar a acuerdos de utilización de
las instalaciones, esos pactos tampoco vieron la luz. Los gestores
actuales han mantenido la unidad de eólica marina, aunque sitúan en el
2015 la posibilidad real de negocio.
¿A qué futuro se enfrenta?
Aunque la falta de nuevos encargos afecta también
a Ferrol, la antigua Bazán culminará a mediados de diciembre el único
barco en cartera, el Adelaide. En Fene, en un mes y medio se terminará el trabajo en curso: un módulo para los destructores australianos.
¿Qué dice la empresa?
A la espera de que se inicie la obra de
construcción del buque hotel encargado por Pemex hace siete meses y de
la que se desconoce la fecha de arranque, la paralización de la
actividad en la factoría parece inevitable. La compañía por el momento
únicamente ha ofrecido a algunos trabajadores trasladarse a la división
de Reparaciones. Sin embargo, a excepción de las medidas de movilidad,
Navantia mantiene la incógnita sobre el futuro del naval de la ría. Los
trabajadores anuncian que seguirán movilizándose en defensa del sector y
de los empleos.
la situación de la antigua astano la crisis del sector naval
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