domingo, 9 de septiembre de 2012

Armón lleva gastados más de seis millones de euros en reparar su astillero de Gijón (España)


Las deficiencias obligaron a la a desviar el corte de acero del primer buque para Juliana a sus talleres de Jarrio.
Parece que no era la 'perita en dulce' que se había anunciado durante el proceso del concurso de acreedores iniciado en mayo de 2009 y resuelto un año y medio después con la adjudicación judicial del astillero a la empresa asturiana Armón.

Factorías Juliana, la antigua empresa pública y el único astillero que permanece en pie en la bahía gijonesa, trae de cabeza desde entonces a sus nuevos propietarios. No es que escaseen contratos para construir buques, lo que más se temía en estos tiempos difíciles. Todo lo contrario, tienen pedidos para echar a andar, pero la vieja Juliana les está dando más de un disgusto.

Armón se adjudicó esta instalación industrial a finales de 2010 en algo más de 14 millones de euros y el grupo de Navia ya lleva gastada cerca de la mitad de esta cantidad en el acondicionamiento de las instalaciones, pero no logra ponerlo a para el arranque. El astillero permanece varado desde entonces y los primeros trabajos para el buque atunero encargado por Grupomar, la empresa del asturmexicano Antonio Suárez, tuvieron que ser desviados a Jarrio para ejecutarlos allí.
Los propietarios de Armón, siempre discretos, prefieren no hacer comentarios sobre lo que está sucediendo, pero evidencian su disgusto. Según comentan, a cada paso que dan se encuentran con una sorpresa nueva, lo que supone otro palo en la que retrasa la puesta en marcha del astillero de El Natahoyo.

Los nuevos propietarios de Juliana no esperaban que el astillero estuviera preparado y engrasado para empezar a producir barcos de forma inmediata, pero se han visto sorprendidos por el mal de parte de sus instalaciones. El paso del tiempo, la escasez de inversiones y el deterioro general por la falta de actividad en el último tramo de su vida industrial y, posteriormente, la paralización total tras la quiebra de 2009, parece que afectaron de forma importante la instalación.
Armón no hace comentarios sobre la falta de operatividad de su nuevo astillero, pero una fuente próxima a la empresa aseguró que el grupo «se ha gastado ya más de seis millones de euros en reparaciones y puesta a punto de la instalación y no sabe hasta dónde tendrán que seguir invirtiendo».

Según parece, una de las últimas sorpresas de Juliana estuvo relacionada con la máquina de corte de acero por plasma. De tecnología puntera, según se dijo, no acaba de funcionar correctamente. Con los contratos a la puerta, el grupo de Navia tuvo que desviar los trabajos de corte del acero para el primer buque que se va a construir en Armón-Gijón a su filial Conformado y Corte, S. A., ubicada en el polígono Río Pinto, en Jarrio (Coaña). Armón anunció el pasado mes de marzo que iniciaría el corte de la chapa del atunero a finales de mayo. El trabajo comenzó en tiempo y forma, pero no se trasladará a Gijón hasta septiembre.

La empresa espera lograr cuanto antes la velocidad de crucero en el astillero gijonés porque tras la construcción del buque para la empresa mexicana se encuentran los contratos para ejecutar otros dos buques atuneros para la empresa vasca Albacora y Armón negocia otras posibilidades de contratos en México.

Deficiencias
Los problemas encontrados son los derivados del mal funcionamiento de unas instalaciones antiguas. Tras la adquisición, Armón se vio obligado a cambiar todo el sistema eléctrico del astillero por las deficiencias que se detectaron. Un día no funcionó la máquina de plasma cortadora de hierro y otro hubo problemas con la apertura de las compuertas, según dijeron a este periódico fuentes próximas al astillero.

Astilleros Armón compró Factorías Juliana en diciembre de 2010 por 14.056.000 euros más el IVA correspondiente. En enero de 2011 se firmó la transmisión del astillero en una notaría de Gijón con que el titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Oviedo, Alfonso Muñiz Paredes, cerró el largo proceso para reflotar Juliana. La falta de acuerdo de los acreedores abocó entonces al tribunal a declarar la liquidación de la empresa, un proceso que solo recibió la oferta de Armón. El magistrado aprobó, a principios de diciembre de 2010, el plan de liquidación del astillero y la adjudicación de su unidad productiva al grupo Armón para «garantizar la continuidad de la industria naval en la bahía de Gijón». Entre los activos transmitidos a Armón figuraban 184.182 metros cuadrados de suelo del astillero, así como 26 edificaciones con una superficie construida de 38.409 metros cuadrados.
Por Enrique Arenas
29/08/12
EL COMERCIO.ES

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