viernes, 18 de junio de 2010

Zapatero,en la era de la simulación

condenada al fracaso, los grupos instalados en la Casona del Hórreo aprobaron ayer una iniciativa del PPdeG que exige la celebración de una comisión bilateral entre el Gobierno central y la Xunta. Su objetivo es evaluar el cumplimiento de las expectativas que la presidencia de la Unión Europea levantó en ámbitos de importancia decisiva para la economía de Galicia.

Es decir, que se trataría de debatir sobre el vacío: hacer de la nada un motivo de discordia. Hay que reconocer, de entrada, que la propuesta tiene una declarada intención asesina y que su finalidad no es otra que poner de manifiesto la ausencia de José Luis Rodríguez Zapatero ante las cancillerías de la UE. Por eso, Madrid jamás aceptará la invitación de Compostela para sentarse y debatir sobre algo que no ha existido más que en la imaginación del inquilino de La Moncloa y que pone de relieve la fragilidad de su palabra.

"Ha sido una presidencia ficticia", es la frase que Bieito Lobeira (BNG) usó ayer en la Cámara para resumir las largas y lánguidas vacaciones de Rodríguez Zapatero sobre las moquetas comunitarias de Estrasburgo y Bruselas.

El promotor de la iniciativa es Daniel Varela (PPdeG), quien remachó ayer que -a punto de finalizar la presidencia española en la Unión- el comisario de la Competencia Joaquín Almunia no ha recibido ni espera recibir la más mínima solicitud de entrevista formal o llamada telefónica por parte del Gobierno central en asuntos que interesen a Galicia y, en particular, a su industria naval.

Lo contrario ya lo habríamos sabido en Compostela, con gran estruendo de comunicación de masas y una puesta en escena espectacular.

No ha sido así. La reapertura del expediente de Ferrolterra, lograr que Navantia no tenga que esperar a finales de 2015 y pueda volver cuanto antes a la construcción y reparación de buques civiles como una vía para afrontar la crisis, seguirá siendo pasto de demagogias y sueños incumplidos. Lo de ZP ante la UE ha sido pura y dura simulación, como en el poema que Cervantes le dedicara al túmulo de Felipe II en Sevilla: "Caló el chapeo, requirió la espada, miró al soslayo, fuese... y no hubo nada".
elcorreogallego.es

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