No acaba de encontrar su sitio el nuevo PSdeG de Manuel Vázquez en la política gallega. En menos de 24 horas y en sede parlamentaria, los socialistas han echado por tierra posicionamientos que fervientemente defendieron durante la pasada legislatura en asuntos tan sensibles como la titularidad de las autopistas de peaje o el regreso de la construcción naval civil a la Ría de Ferrol.
No es la primera vez que el PSOE se enreda con la antigua Astano, hoy Navantia Fene, sobre la que pesa una sanción de la UE que la imposibilita a construir barcos civiles tras la percepción de 1.200 millones en ayudas del Estado que, según la Comisión Europea, violaban la libre competencia y proporcionaban al astillero gallego una posición ventajosa, lo que llevó a que limitara su actividad al campo militar.
La pasada legislatura, el entonces conselleiro de Industria Fernando Blanco hizo suyo un proyecto del astillero vigués Hijos de Barreras para aprovechar los llamados «activos ociosos» de Astano -600.000 metros cuadrados sin uso- y emplearlos en evitar la deslocalización de la actividad naval de esta empresa al sudeste asiático.
El PSdeG, que decía apoyar el proyecto, vio cómo el PSOE en el Congreso lo despreciaba ante la indignación de BNG y PP, y luego abandonó a su suerte al conselleiro cuando éste fue a Bruselas a intentar negociar la liberazión de los suelos afectados. Touriño prefirió, una vez más, no enfrentarse a su partido en Madrid.
De aquel ridículo se llega al de ayer, cuando el PSOE se sumó a PP y BNG en la demanda al Estado de que considere «prioritaria» la cancelación de la sanción que pesa sobre el astillero fenés. La iniciativa, promovida por la parlamentaria socialista ferrolana Beatriz Sestayo y transaccionada con los populares, insta a la Xunta a «realizar las gestiones necesarias ante el Gobierno central» para que éste «defienda que las instalaciones de Navantia Fene puedan dedicarse a la construcción y reparación de buques civiles», esto es, lo que el PSOE impidió la pasada legislatura.
Para maquillar su cambio de discurso, Sestayo cargó contra el gobierno de José María Aznar, al que culpó por haber concedido las ayudas al astillero que ocasionaron la sanción, pero que en su día lo libraron de la quiebra. Por su parte, la diputada popular Angeles Díez Pardo ironizó con que «tengan que ser los socialistas gallegos los que demanden al PSOE una rectificación» y se mostró «preocupada» por la «capacidad de negociación» del Gobierno central.
Mala memoria socialista
El de ayer es el segundo torpedo a la coherencia de la línea política del PSOE en menos de un día. El jueves ya votó a favor del traspaso a Galicia de la titularidad de las autopistas que ahora posee el Ministerio de Fomento -AP-9 y AP-53-, cuando dos años antes se había negado taxativamente a este punto.
Manuel Vázquez busca así distanciarse de la política de cabeza gacha que, respecto al PSOE y el Gobierno central, protagonizó su antecesor en el partido, un Touriño que asiste día a día al desmantelamiento de su legado. El problema de Vázquez es su connivencia con un bipartito de la que él formó parte.
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