martes, 14 de octubre de 2008

El indeseable veto de la UE

Arrecia la crisis, pero la construcción de buques civiles crece exponencialmente y sitúa a los astilleros gallegos en la vanguardia mundial ·· La negativa europea, que deja a Fene en la estacada, constituye una rémora del pasado

El 18 de setiembre, la Unión ­Europea archivó el expediente que en 2004 sancionó a Izar, antecedente de la actual Navantia, condenando a los astilleros ubicados en Fene a no construir buques civiles hasta el año 2015. Aquel expediente se produjo cuando en 2004 la UE declaró ilegales las ayudas que el Gobierno central -entonces presidido por Aznar- concedió a Izar y que ascendía a 1.280 millones de euros.

El archivo del expediente, por un lado, y la situación de crisis global que obliga a los Estados a intervenir en las economías de sus respectivos países, han dado alas a Fernando Blanco, conselleiro de Innovación e Industria del Gobierno autónomo, para retomar el plan de rescate e impulso de los astilleros ferrolanos que puso en marcha a comienzos de 2007 y que Enrique Robles -presidente de la SEPI, Sociedad Estatal de Participaciones Industriales- echó abajo.

"Era y sigue siendo", dice Blanco, "la única iniciativa seria que en los últimos años se ha hecho para potenciar los astilleros ferrolanos: contaba con financiación privada e implicaba a todo el país, su éxito estaba cantado de antemano y si hubiese salido adelante hoy se estarían construyendo entre doce y quince buque en Fene, de los cuales cinco eran gaseros y otros cinco quimiqueros de alta tecnología".
El proyecto tenía tras sí a alguno de los mejores astilleros del mundo, como Barreras. Además contaba con el apoyo absoluto de Caixanova y Caixa Galicia, que se implicaron a tope: "José Luis Méndez estaba como una moto a favor de aquel proyecto", recuerda el conselleiro. Pero la SEPI y Navantia lo rechazaron a pesar de que se trataba de un proyecto dotado de un futuro incuestionable y se basaba en cifras reales, estudios de mercado e inversiones contantes y sonantes. Había 90 millones de euros sobre la mesa, para empezar, pero las autoridades de los astilleros públicos españoles se negaron a respaldar el proyecto y a cambio presentaron una contraoferta, el llamado Plan Ferrol.

Pero el Plan Ferrol, sentencia Blanco, no sale adelante: "Al contrario, la empresas que podrían estar interesadas se marchan: ¿dónde está la alternativa que les valió para rechazar nuestras propuestas?". Iban a fabricar turbinas. Iban a construir bienes de equipo para el sector eólico: "Nada de eso ha salido adelante. La cúpula de los astilleros estatales se ha quedado vacía y hoy no tienen nada que ofrecer".
MALAS ARTES
Zancadillas en los pasillos de Bruselas
Aquellos doce o quince buques, que hoy podrían estar en las gradas ferrolanas, se repartieron entre astilleros de Turquía, Portugal y Andalucía, donde viven una suerte muy desigual: "Ninguno de esos astilleros", sostiene Fernando Blanco, "tiene la capacidad y la preparación tecnológica de nuestros astilleros". En el caso de Andalucía, no han logrado cumplir los plazos establecidos en los contratos y eso puede conducir a que pierdan nuevos contratos en el futuro.
Y a todo eso se suma la actitud del partido que sostiene al Gobierno central: "Fuimos a Bruselas sin contar con el apoyo del PSOE, al contrario: personas como la eurodiputada Rosa Miguélez se mostraron abiertamente contrarias a nuestras gestiones", acusa el conselleiro: "Y en otros ámbitos socialistas llegaron a reírse de nosotros, asegurando que no hallaríamos la forma de movernos por los pasillos de la Unión Europea".
Desde el Parlamento de Galicia, por unanimidad de todos los grupos, se insiste en la necesidad de que salga adelante el relanzamiento de la construcción de buques civiles en las gradas de Perlío, Fene. Esa fue una de las principales resoluciones de la Cámara, tras el último debate sobre el estado de la autonomía. Falta que en Madrid se llegue a la misma conclusión para que la voluntad de la Unión abandone posiciones de rigidez que, conforme avanza la crisis financiera global, pasan, día a día, a formar parte del pasado.
Francisco González Viñas, presidente de Barreras y uno de los impulsores de aquel plan de rescate impulsado por la Consellería de Innovación e Industria, recordó -el mismo día en que se hizo pública la negativa de la SEPI- el espectacular momento que vive el naval gallego en la construcción de buques civiles. Desde 2003, su producción crece de forma exponencial y tiene carga de trabajo para generar 6.000 empleos. Precisamente cuando el paro es una amenaza creciente en nuestro país.

http://www.elcorreogallego.es/index.php?idNoticia=353035&idMenu=5

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