Viernes, 24 de Diciembre de 2010 00:00            Jesús Varela Rivas        
  Que nuestra ciudad entró en caída libre hace unos años y que,  desgraciadamente, todavía hoy no se puede vislumbrar el final de esa  situación, es algo de lo que nadie puede dudar. Aunque y cierto es  también, que si hoy y después de tantos años, no se puede divisar la  salida del túnel en el que estamos metidos, es y nadie lo podrá poner  tampoco en duda, debido a que no tuvimos quién  supiese y se atreviese, a  defender la ciudad ante quienes tuvieron y tienen las     competencias suficientes para cambiar el rumbo de las cosas. Y como ni  se hizo ni se hace, es por lo que  la pasada semana alce la voz  invitando a la creación de una gran plataforma ciudadana, que al margen  de quienes tanto y tantas veces engañaron al pueblo, pueda ser la viva  voz de una sociedad que, lejos de lamentarse, de verdad inicie el camino  de la reivindicación que ponga fin a ese ninguneo permanente del que es  objeto nuestro Ferrol. 
Y ese ninguneo o tomadura de pelo colectiva  –como vds. mismos prefieran calificarlo– que desde hace años padece la  ciudad, ahora tiene su punto de inflexión en el llamado Plan Ferrol. Un  Plan, del que hay que decir, a pesar de quienes –legítimamente–  le  defienden, que para lo único que sirvió hasta el momento fue para hacer  de frontón de las diferentes administraciones ante la ciudadanía. El  Plan Ferrol, al igual que los anteriores planes como la ZUR, la ZID o la  ZPE, se creó para ser dinamizador de la economía de Ferrolterra, y con  ese compromiso, se pronunció en la ciudad el 23 de Mayo del 2005, la en  aquel entonces Vicepresidenta 1ª del gobierno y ministra de la  Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega. 
Sin embargo, hoy y  después de cinco años y medio de aquel pronunciamiento, poco más tarde  ratificado por el, también en aquel entonces, ministro Montilla, podemos  observar que todo lo dicho no fue más que un velo tras el que ocultar  la doble moralidad que algunos políticos demostraron hasta ahora tener  con esta tierra. Y es que la dinámica empleada, fue y sigue siendo, la  de dejar caer de vez en cuando unos millones para..? y luego, a esperar  tranquilamente a que aquellos que de verdad se benefician de esos  millones, sigan dándole sus bendiciones y con su actitud, continúen  frenando cualquier atisbo de reclamación ciudadana. De verdad, esto no  hay por donde cogerlo, y si no, fíjense vds.
En Junio del año 2005,  (recién creado el Plan Ferrol y cuando también nace la Asociación  Impulsora) la ciudad tenía 76.755 habitantes, y hoy, como digo, después  de cinco años y medio, Ferrol y con todo ese Plan que iba a hacer  maravillas, tiene 73.623 y bajando. Éramos una ciudad que en aquel  entonces tenía 50.967 personas dentro del abanico de población activa, y  hoy tenemos 47.352. Somos una ciudad en la que la cifra de jóvenes de  entre 18 a 35 años, se redujo en 3.375 personas en estos años de  implantación del Plan. Vivimos en una ciudad en la que y en ese mismo  periodo de tiempo, pasó de 5.812 a 7.072 parados, y eso, sin contar a  los prejubilados, que aún siendo unos parados de lujo, no dejan de ser  unos parados más. 
Y estos, los de los años 1999 y 2005 de las  antiguas Astano y Bazán, llevarían al Ayuntamiento de Ferrol hasta los  8.540 desempleados. Y eso, en un Ferrol con 3.132 habitantes menos. 
Somos  una ciudad y esto ya es súper grave, en la que los mayores de 65 años  en Junio del 2005 significaban el 22 % de la población, y ahora, después  de estos cinco años y medio de “revitalización industrial” gracias al  Plan Ferrol, esa misma franja de edad alcanza el 23,93 %, lo que  equivale a 17.623 personas. Y si digo que este dato es súper grave, es  porque –según los sociólogos – cuando una ciudad supera el 14 % en este  apartado, se entiende que la ciudad en cuestión tiene un grave problema,  y nosotros, insisto, estamos en estos momentos en el 24 %. 
Por lo  tanto, estamos ante una ciudad en la que desde que se puso en práctica  su “Plan Salvador”, todos los valores se muestran de forma negativa. Y  claro, ante esta realidad, uno se pregunta ¿Cómo puede haber alguien que  todavía defienda el Plan Ferrol? ¿Dónde están los beneficios que éste  Plan iba a reportar a Ferrol y comarcas? Francamente, todo esto no es  fácil de entender.
No, no lo es, como tampoco lo es, el que estando  como está, la situación por estas comarcas con un aumento del 10 %  (según la Xunta) de parados más que el pasado año por estas fechas (a 1  de diciembre más de 17.300 parados) y con 1250 afiliados menos a la  Seguridad Social en ese mismo periodo, la Asociación Impulsora del Plan  Ferrol no tenga otras preocupaciones que la de formar parte del Comité  Territorial de Emprego y de seguir organizando los dichosos cursos de  formación. Dios mío ¿Qué tendrán los cursos de formación?
La sociedad  ferrolana, a la que desde esta tribuna le deseo una feliz Navidad,  tiene que entender que lo que está pasando en esta ciudad ni es lógico  ni normal, y como se sale de lo sencillamente razonable, es por lo que  es necesario hacerle ver a los diferentes agentes que no pueden  continuar con esa dinámica. 
Ferrol no está en condiciones de seguir  desangrándose y por ello, necesita un compromiso mayor y verdadero por  parte de todos sus agentes.