El consorcio de empresas, liderado por Sacyr Vallermoso, que cuenta con el contrato para construir las nuevas esclusas del Canal de Panamá tiene previsto adjudicar la obra en septiembre. Un contrato al que opta, entre otras, la compañía pública de construcción naval Navantia, que busca desesperadamente hacerse con carga de trabajo suficiente para impulsar los astilleros de la Bahía de Cádiz, que languidecen desde hace meses sin nuevos contratos y finalizando los últimos barcos en las gradas.
Sin embargo, esta inyección de trabajo, empleo, y recursos económicos que supondría hacer las esclusas para Sacyr, valoradas en 325 millones de euros, podría quedarse en nada, si la empresa pública no busca aliados con los que asumir el trabajo, ya que, hay que recordar que tras la disolución de Izar y la creación de Navantia, la Unión Europea limitó a un 20 por ciento la carga civil para los astilleros militares de San Fernando y Puerto Real, y teniendo en cuenta que la compañía está agotando su carga de trabajo actual, el contrato de las esclusas superaría el porcentaje estipulado por Bruselas.
En ese sentido, Ine.es asegura que la ingeniería gijonesa Idesa y Dacero (del grupo Grupo Daniel Alonso) estaría negociando aliarse con Navantia, para optar a construir las 16 compuertas para la ampliación del canal de Panamá, la mayor obra civil de la historia que está ejecutando una unión de empresas liderada por la española Sacyr-Vallehermoso por 3.200 millones de dólares (unos 2.630 millones de euros).
Sacyr va a sacar a concurso entre astilleros de todo el mundo la contratación de las 16 compuertas por unos 400 millones de dólares, lo que equivale a unos 325 millones de euros.
La competencia va a ser importante ya que se han presentado astilleros de Corea, Japón, China ya que supone una inyección de dinero y de trabajo en el actual momento de crisis.
Sin embargo, antes del verano, el presidente de este consorcio de empresas que lidera Sacyr, Antonio Zaffaroni ya dijo que “sólo hay media docena de astilleros en el mundo que cumplan los requisitos necesarios para fabricar las compuertas, entre ellos la compañía española Navantia, así como los grandes astilleros asiáticos”.
Así, la obra que se pretende adjudicar son un total de 16 compuertas rodantes, de 60 metros de largo por 10 de ancho y entre 22 y 30 de altura, cuya construcción consumirá unas 38.000 toneladas de acero (equivalente al que consumiría la construcción de 4,5 buques).
El consorcio está buscando también en el mercado un fabricante para las alrededor de 140 válvulas necesarias para el funcionamiento hidráulico de las compuertas y que constituyen la instalación electromecánica del canal.
Sin embargo, esta inyección de trabajo, empleo, y recursos económicos que supondría hacer las esclusas para Sacyr, valoradas en 325 millones de euros, podría quedarse en nada, si la empresa pública no busca aliados con los que asumir el trabajo, ya que, hay que recordar que tras la disolución de Izar y la creación de Navantia, la Unión Europea limitó a un 20 por ciento la carga civil para los astilleros militares de San Fernando y Puerto Real, y teniendo en cuenta que la compañía está agotando su carga de trabajo actual, el contrato de las esclusas superaría el porcentaje estipulado por Bruselas.
En ese sentido, Ine.es asegura que la ingeniería gijonesa Idesa y Dacero (del grupo Grupo Daniel Alonso) estaría negociando aliarse con Navantia, para optar a construir las 16 compuertas para la ampliación del canal de Panamá, la mayor obra civil de la historia que está ejecutando una unión de empresas liderada por la española Sacyr-Vallehermoso por 3.200 millones de dólares (unos 2.630 millones de euros).
Sacyr va a sacar a concurso entre astilleros de todo el mundo la contratación de las 16 compuertas por unos 400 millones de dólares, lo que equivale a unos 325 millones de euros.
La competencia va a ser importante ya que se han presentado astilleros de Corea, Japón, China ya que supone una inyección de dinero y de trabajo en el actual momento de crisis.
Sin embargo, antes del verano, el presidente de este consorcio de empresas que lidera Sacyr, Antonio Zaffaroni ya dijo que “sólo hay media docena de astilleros en el mundo que cumplan los requisitos necesarios para fabricar las compuertas, entre ellos la compañía española Navantia, así como los grandes astilleros asiáticos”.
Así, la obra que se pretende adjudicar son un total de 16 compuertas rodantes, de 60 metros de largo por 10 de ancho y entre 22 y 30 de altura, cuya construcción consumirá unas 38.000 toneladas de acero (equivalente al que consumiría la construcción de 4,5 buques).
El consorcio está buscando también en el mercado un fabricante para las alrededor de 140 válvulas necesarias para el funcionamiento hidráulico de las compuertas y que constituyen la instalación electromecánica del canal.