Una caída del 9% en el sector industrial
gaditano y la pérdida de 6.000 empleos en las contratas de Navantia
obligan a mirar al futuro: la construcción 'offshore'
F. Rufo / cádiz | Actualizado 11.03.2012 - 07:06
Por primera vez, los
trabajadores del astillero de Puerto Real reconocían hace poco, en el
último corte del puente Carranza, que sólo con los barcos militares no
podrían sobrevivir los tres astilleros de la Bahía de Cádiz. Hace falta
más.
Está claro que el diseño que llevó a construir el dique de
Puerto Real responde a otra época, y también lo es que la última
reconversión, la que dio al traste con Izar y vio nacer a Navantia,
colocó un lastre tal vez demasiado pesado sobre las espaldas de las
factorías gaditanas: la imposibilidad de construir barcos civiles más
allá del 20% de la facturación. Fue así porque esa decisión se unió, en
tan sólo dos años, a la que muchos definen como la peor crisis económica
estructural de la historia. A partir de 2006 y 2007 no es que ya no se
pudiera sobrepasar ese porcentaje, es que no había mercado civil.
Con
el tiempo, los astilleros gaditanos pasaron a depender exclusivamente,
casi, del mercado militar. Pero ahora, la realidad es bien distinta:
Puerto Real hace un mes que no tiene faena, La Isla apenas tiene trabajo
y Cádiz vive de las reparaciones de cruceros.
Y esta
situación repercute, antes que en otro colectivo, en las empresas
auxiliares, en la industria del metal. Su responsable en Cádiz es José
Luis Ferrer (Femca). Junto a él, el máximo representante provincial,
andaluz y nacional de las empresas del sector naval (Fedenaval) es
Eugenio Cuadrado. Ambos son conscientes de que hay que cambiar la forma
de trabajar y mirar hacia otros campos hasta ahora ignorados.
Y
todo pese a que el sector del metal en la provincia ha sufrido una
caída que Ferrer estima en algo más del 9%, y han sido alrededor de
6.000 los empleados de industria auxiliar naval que han perdido su
trabajo, según Cuadrado. "El sector de la construcción es importante, el
de los servicios también, pero el que de verdad genera incremento del
valor añadido, riqueza inmediata y aumenta el Producto Interior Bruto
(PIB) es el sector industrial y estamos viviendo momentos difíciles,
pero tenemos capacidad, cualificación y tradición. No podemos
desaprovechar eso, sobre todo porque se están abriendo nuevas
oportunidades y no deberíamos quedarnos descolgados de esas
oportunidades", explica Ferrer.
Una de esas oportunidades es a
la que se refiere Eugenio Cuadrado: la construcción offshore ligada a
la energía eólica marina. Sin embargo, esto también tiene contratiempos.
Hace casi un año, Navantia y Acciona firmaban un acuerdo para el
trabajo conjunto en pro de la energía eólica marina. Hoy, las diferentes
apuestas políticas parecen hacer tambalear esa iniciativa, al menos en
España. Es un factor más que l leva a la inanición de los astilleros.
Para
ambos expertos, resulta evidente que los trabajadores y las empresas
tienen que buscar una alternativa a la actual situación. Cuadrado
asegura que "el futuro es el campo offshore en toda Europa en los
próximos decenios. La inversión en esos campos es muy fuerte. Otra cosa
es que España no apueste por esa energía, pero lo que está claro es que
sí va a haber trabajo en ese tipo de energía". O, como indica Ferrer, "o
hay que irse fuera a trabajar en eso, o hay que traerse empresas
extranjeras de ese campo o bien España decide apostar por la energía
eólica marina".
Lo que también parece claro, a juicio de
Eugenio Cuadrado es, precisamente sobre la apuesta de Navantia y
Acciona, que "evidentemente eso no es para un desarrollo en España sino
en el extranjero. Lo que es increíble es que un país de costa y viento
como el nuestro no apueste por eso, cuando los grandes países europeos
como Inglaterra, Alemania o Francia sí lo están haciendo. Es una apuesta
cara, pero el futuro va por ahí".
Para el responsable de
Femca, es urgente y a la vez necesario un esfuerzo de todas las partes
implicadas. "Los empresarios, los primeros; después la administración,
clarificando el marco y poniendo las cartas sobre la mesa, siendo clara y
sin andar con medias tintas; y también trabajadores y sindicatos,
haciendo una apuesta por controlar la situación". Al respecto, introduce
una reflexión: "Es verdad que hay empresas que se niegan a trabajar
bajo el convenio del Metal. Que seamos conscientes de que no vivimos una
situación fácil y todo el mundo tiene que poner de su parte para que la
actividad industrial no se pierda en la provincia porque sería una
verdadera catástrofe", añade Ferrer.
En el Campo de
Gibraltar, la situación no es muy distinta, aunque siempre le ha ganado
la partida a la Bahía de Cádiz en números totales gracias, en parte a su
gran industria petroquímica. "Nos sentimos orgullosos de ello",
asienten ambos responsables.
En ese sentido, José Luis Ferrer
detalla que "cada vez hay más empresas que antes eran monocultivo de
astilleros que se están trasladando al Campo de Gibraltar a trabajar,
sobre todo muchos
empresarios jóvenes que están apostando por esto y
están creciendo y generando empleo. Hace poco hemos hecho un par de
misiones comerciales en Hamburgo y Oslo con un grupo de industrias que
en su origen fueron exclusivamente empresas auxiliares de astilleros y
ya están trabajando por Europa y con prestigio, de empresarios jóvenes
de primera o segunda generación, que eran de su padre y la están
ampliando en todos los sentidos. La situación es difícil pero no podemos
perder ese plus".
Por último, otra reflexión, esta vez, en
boca de Eugenio Cuadrado. A la pregunta de si hay demasiados astilleros
en la Bahía tal y como está la situación del sector, el responsable de
Fedenaval y Fenaval asegura que "lo que hay que definir es qué van a
hacer los astilleros y, a partir de ahí, definir cuántos centros se
necesitan para hacerlo. Es decir, en el mundo puede haber faena para
todos los centros de trabajo, lo que pasa es que hay que apostar a
ganador".
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