sábado, 14 de febrero de 2009

El Estado destruyó 9.000 empleos en el naval ferrolano desde 1980


En ese período los planes compensatorios para la zona sólo crearon 2.100 nuevos puestos.

El Gobierno reedita ahora la política de incentivos que fracasó durante los últimos 25 años.


Estado destruyó en los últimos 25 años alrededor de 9.000 puestos de trabajo en los astilleros de la ría ferrolana, las antiguas Astano y Bazán. Como compensación por la liquidación de estos empleos indefinidos, que llegó por la vía de las jubilaciones anticipadas, la Administración del Estado puso en marcha distintos programas, pero su balance de resultados fue escaso, ya que sólo propiciaron la creación de unos 2.100 puestos en empresas privadas.
Cuando el ministro socialista Carlos Solchaga anunció, en 1983, la puesta en marcha de la primera reconversión, la plantilla directa de los astilleros de Ferrol y Fene estaba formada por más de 11.000 personas. Construían todo tipo de buques militares y gigantescos petroleros. Un cuarto de siglo después, ambas plantas continúan en la órbita pública -aunque la antigua Astano está prácticamente desmantelada- y no alcanzan los 2.500 operarios.
Como respuesta a las primeras sangrías de personal del sector naval, el Gobierno declaró a Ferrol como Zona de Urgente Reindustrialización (ZUR), primero, y Zona de Industrialización en Declive (ZID), después. Ambos programas consistieron en la concesión de incentivos que tenían como objetivo captar nuevas empresas para la comarca, recolocar a los trabajadores despedidos de los astilleros y generar nuevos puestos de trabajo.
Entre 1985 y los primeros años noventa, al amparo de la ZUR y de la ZID se crearon unos 920 empleos, aunque muchos de ellos fueron destruidos poco después, ya que algunas de las sociedades que se constituyeron en la comarca resultaron un auténtico fracaso: la conservera El Cisne, la fábrica de quesos Quegalsa, la de tablero de piedra Tile Stone, la del reciclaje de neumáticos Rubber y otras que ni siquiera llegaron a nacer, pese a ser anunciadas entonces a bombo y platillo, como la Sociedad Italiana del Vidrio, que iba a asentarse en los terrenos de la antigua Astano.
Pese al fiasco de los incentivos económicos como fórmula para reactivar la economía comarcal, en 1997, cuatro administraciones -la central, la autonómica, la provincial y la local-, todas gobernadas por el PP, pusieron en marcha otro plan de ayudas para la zona. El balance oficial refleja que las subvenciones sirvieron para crear 1.180 empleos.
La última reconversión, de diciembre del 2004, supuso la destrucción de 1.400 puestos de trabajo en Ferrol. Aunque el Gobierno anunció entonces un nuevo plan integral para la zona, hasta el momento sólo se han aprobado ayudas financieras que, junto con las de la Xunta, impulsarán 200 nuevos puestos.

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