Desde ayer, el veto a la construcción civil impuesto al astillero de Fene al entrar en la UE es historia //La factoría de Navantia en Perlío se enfoca ahora al novedoso sector de la eólica marina con un encargo de Iberdrola
L. BUSTABAD | 02.01.2015
Por primera vez tras 30 años, el astillero de Navantia Fene, la antigua Astano, amaneció ayer sin restricciones a la construcción naval civil, un castigo impuesto por la Unión Europea a mediados de los 80, que se prorrogó hasta el pasado miércoles y tras el que se enfoca al mercado eólico marino.El anterior comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, informó en septiembre de que el veto expiraba en esta fecha. En efecto, venció la limitación que las autoridades europeas le impusieron a la factoría de Perlío cuando España ingresó en la antigua Comunidad Económica Europea y la fábrica de Fene, dentro del grupo público naval que pertenece a la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), retoma las riendas de un futuro que, a corto plazo, se centra en la novedosa eólica marina.
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