http://www.lavozdegalicia.es/hemeroteca/2003/01/28/1455579.shtml
Era la primera vez que José Luis Rodríguez Zapatero se
acercaba a Ferrol, la ciudad en la que nació buena parte del ideario
socialista aupado por Pablo Iglesias. Y lo hizo en un momento decisivo,
tras un mes de interrogantes que ha culminado con el refrendo del nuevo
líder del PSOE a una candidatura, la de Amable Dopico, que se cuestiona
dentro de la formación desde que el ex director de Astano ganara las
primarias.
Ayer se hablaba de otro astillero, la antigua Bazán,
unas instalaciones que quiso conocer de primera mano Zapatero y que
tendrá que aguardar a otra fecha. La impresión que se llevó el de León
de los astilleros se la proporcionaron los representantes del comité de
empresa de la factoría. El resto lo vio como el común de los ciudadanos,
desde el otro lado del muro. En Ferrol el otro protagonista fue
Francisco Vázquez, un alcalde que se encontraba a cientos de kilómetros
(estaba en Toledo). Acaparó la mayoría de las preguntas. Zapatero, el
«hermano mayor» -como definieron algunos concejales críticos para
referirse a la actitud de la ejecutiva federal-, apenas se pronunció
sobre las crisis que estuvo a punto de fracturar a la primera agrupación
socialista del país. No lo hizo de palabra más que una vez, recordando,
con la vista en Dopico, quién era el candidato y el cumplido respaldo
que tenía desde la dirección federal. «Estoy convencido de que en estas
elecciones mejoraremos los últimos resultados en toda Galicia»,
pronunció el líder de la nueva vía
socialista. No hubo más palabras, pero si gestos.
Dopico, Touriño y Zapatero formaron un trío casi inseparable entre
candidatos y destacados representantes de las ejecutivas local y
comarcal, diputados autonómicos y representantes de la ejecutiva de
Ferraz. Por el hotel Almirante no se asomó ninguno de los integrantes de
la corriente crítica. Quizá lo hagan la próxima vez, cuando Zapatero sí
logre conocer la factoría de Izar Ferrol.
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