Reconversión. Pa labras mayores cuando se trata
de Ferrol. Treinta años de reconversiones han significado en realidad
que la comarca dejase de ser un potente polo económico para convertirse
en desierto laboral. Lo que iba a ser el fin del monocultivo industrial
se tradujo en el desmantelamiento -para algunos, programado- del
principal y casi único sector de actividad. Sin alternativa y sin
reindustrialización. Un nuevo capítulo de ese proceso de desmontaje del
andamio socioeconómico de Ferrolterra se está escribiendo estos días.
Hace seis años que no se firma ni un solo contrato para los astilleros
públicos y dos años de protestas y advertencias no han servido para
poner coto al drama que se avecinaba. Y que ya está aquí. Ni dique
flotante, ni floteles, ni nueva fragata, ni gaseros. Nada, no hay nada.
Solo compromisos incumplidos y la sombra de la reconversión (a la nada).
Otra vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario