No, no se trata tan solo de un título, si no y por desgracia,
de la triste realidad que vive nuestra ciudad. Una ciudad que hace tan solo
treinta años – es decir, nada – era el fiel reflejo del trabajo, del progreso y
de confianza en el futuro.
Y es que hace
tan solo ese tiempo, ¿Qué son treinta años? Ferrol era una ciudad llena de
vida, colorido y alegría. Era una urbe despierta y viva, tremendamente viva.
Nuestro “Ferroliño”, con más de 90.000 habitantes, era la tercera ciudad de
Galicia, y lo era, no solo ya en población, si no también como ciudad
industrial. Ferrol era, insisto, hace tan solo esos pocos años, una ciudad
receptora de emigración, y lo era fundamentalmente, gracias a su industria
naval.
Pero Ferrol y
junto al naval, también gozaba de una serie de industrias manufactureras como la
Pysbe, la Fabrica de Lápices, la Peninsular Maderera, Manufacturas Piñón,
Vaycora …etc, que hacían junto al personal de la Armada y el Ejercito, aquí
destacados, que la ciudad fuese una “pequeña gran urbe”. Si, eso era Ferrol,
una ciudad que trabajaba y por lo tanto, que despertaba y se ponía en marcha,
mucho antes del amanecer de cada día.
¿Y por qué
estamos entonces así ahora? Pues sin duda debido a un cúmulo de circunstancias,
que todas unidas, hicieron que la sociedad ferrolana derivase en una sociedad
acomodada y un tanto aletargada por la conciencia que fue adquiriendo de ciudad
subsidiaria. Una condición ésta, que los propios y diferentes gobiernos del Estado
se encargaron de alimentar y potenciar a lo largo de los años. Puede ser también
¿por qué no? que nuestra propia idiosincrasia sea proclive a esa condición de
comodidad y desenfado, y es que, si así no fuese, no se entendería muy bien
como es que al ferrolano no parezca afectarle excesivamente, ni los engaños ni
los despropósitos, incluso desprecios, que sufre por parte de los que marcan y
dirigen los destinos de la ciudad desde las diferentes administraciones.
¿Y hay
culpables de ésta situación? Por supuesto, claro que hay culpables. Pero aquí
en Ferrol, los culpables hay que decir que los somos todos. Cada uno
lógicamente en su medida, pero todos. Políticos, sindicalistas, empresarios,
comerciantes y ciudadanos en general. “
TOOOOODOS “.
Los políticos,
porque nos llevan engañando miserablemente un montón de años, y buena prueba de
ello es lo que ocurre a día de hoy. Nos engañan con el tren al Puerto Exterior,
con el Saneamiento de la Ría, con la sexta fragata, con el gran Centro de
Reparaciones, con el Dique Flotante…etc.
Los grandes sindicatos, por su excesiva
pasividad (probablemente fruto de la acomodación) en nuestro sector estratégico
(el naval) a lo largo de los últimos años. El problema que ahora está viviendo
Navantia, no surgió por generación espontánea. Ya se veía venir, ya lo vaticinó
Rumbo 21 hace dos años ¿y qué se hizo hasta ahora?. Y como ejemplo de esa
pasividad y acomodamiento sindical, valga el mensaje que desde Madrid vino a
transmitirnos recientemente a la sociedad de Ferrolterra, el secretario de la
Federación de Industria de CC.OO, Felipe López, cuando manifiesta que los Acuerdos
firmados en el año 2004 (por los que Astano está así) y que tendrían que dar
lugar a una reindustrialización de la comarca, no están generando ni los
puestos de trabajo que se esperaban, ni el sosiego y la tranquilidad que se
demandaba para el futuro de esta zona. No D. Felipe, no se puede venir a Ferrol
para decir solo eso a estas alturas de la película, después de ocho años.
Los
empresarios que nunca dieron la cara. Si, me refiero a esos que nunca se
atrevieron a defender absolutamente nada para no importunar al político de
turno para que éste no le diese al traste con esa subvención solicitada. Esos
que, ante el dinero público, dieron y dan la callada por respuesta, esos que
tanto defendieron y defienden todavía al Plan Ferrol por el empleo. Realmente
no deja de ser curioso que quienes más defendieron y todavía defienden el Plan
Ferrol, sean precisamente todos los que de alguna manera más decepcionaron, en
estos últimos años, a la sociedad de Ferrolterra. Los políticos, los sindicatos
y los empresarios.
No obstante,
con estos tres grupos el circulo no queda cerrado, pues en este escenario,
todavía faltan dos colectivos, que son, los comerciantes y la ciudadanía en
general.
Los primeros,
por ese sistemático y tozudo comportamiento de no querer entender y reconocer
que viven, fundamentalmente, del sector naval, y por lo tanto, de que eso es
algo que tendrían que defender tanto o más que los propios trabajadores del
mismo. Y siendo esto así y lo es ¿Por qué entonces el comercio ferrolano estuvo
siempre tan alejado de los trabajadores del sector naval? O lo que es lo mismo
¿Por qué los comerciantes estuvieron durante tantos años en contra de sus
propios intereses? Ferrol es sector naval y los comerciantes, también son
Ferrol. Por lo tanto, los comerciantes también son sector naval.
Y ya por
último, la propia sociedad de Ferrolterra. Los ferrolterranos y ante la falta
de iniciativa de los políticos, de los sindicatos y de los empresarios, tienen
que entender de una vez por todas que tiene que ser ella, la sociedad, la que
agarre el toro por los cuernos y le haga frente a las diferentes administraciones
y gobernantes. Con 20.000 parados no se puede esperar más.
En Ferrol y
comarca se hace necesario rectificar por parte de todos. Todos tenemos que
llegar a entender y ver, que el futuro de unos es el futuro de todos. Y, o
estamos todos juntos peleando por un mismo objetivo o estamos todos muertos en
un futuro inmediato. Reflexionemos seriamente sobre esto y peleemos todos
unidos por lo que a todos nos interesa. Y si los agentes sociales no lo quieren
entender y anteponen al interés general, los intereses particulares de cada
colectivo, la sociedad ferrolana tendrá que dar pasos al frente sin ellos,
aunque eso, esperemos que no suceda. Somos una comarca potencialmente fuerte,
pero nos falta UNIDAD. Trabajemos
todos sin excepción para conseguirla.
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