Los contratos que se rehusaron, ante la imposibilidad de presentar presupuestos por falta de "tax lease", fueron tres unidades de gran porte, cuatro medianas y otras cuatro pequeñas
Instalaciones de Barreras, el
mayor astillero privado de España, con todas sus gradas vacías por la
falta de pedidos. // Ricardo Grobas
L.PIÑERO - VIGO
Los astilleros gallegos –y por extensión la comarca viguesa– dejaron de
facturar más de 500 millones de euros desde que el pasado 29 de junio de
2011 la Comisión de la Competencia suspendió el sistema de
bonificaciones fiscales que los astilleros españoles aplicaban desde el
año 2002 por considerarlo ilegal.
Según los datos que maneja el sector, las empresas de construcción naval de la comarca de Vigo tuvieron que renunciar por falta del tax lease a un total de once contratos: tres buques grandes, cuatro medianos y cuatro pequeños cuya construcción tenían unas fechas de entrega que serían imposibles de cumplir ante la incertidumbre de una resolución del problema del tax lease por parte de la Comisión de la Competencia.
Estos encargos, según el sector, hubieran evitado la actual catástrofe que vive el sector: suspensiones de pagos, expedientes de regulación de empleo, despidos y cierres de astilleros y auxiliares.
"Las navieras nos presentan sus proyectos, lo que pretenden hacer, y nos piden presupuestos. Nosotros no podemos ofrecer una propuesta ni definitiva ni competitiva con la que ofrecen otros países europeos, ese es el drama", se queja uno de los responsables de un astillero de la ría viguesa.
La reunión celebrada en Pymar el pasado jueves enfrió todavía más las esperanzas en una pronta solución al problema por parte de Bruselas. Portavoces de la Comisión de la Competencia volvieron ayer a insistir en que España todavía no había presentado ninguna propuesta formal.
¿Qué han hecho los negociadores españoles hasta el momento? Según Bruselas solo se ha dedicado a presentar lo que se denomina "non paper", es decir, propuestas por escrito sin membrete ni firma. Esto es, borradores para que Competencia les dijese "si o no".
Los tres borradores han sido hasta el momento rechazados por falta de encaje con los requerimientos de la UE. La paradoja se produce cuando fue el propio comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, que en octubre del año pasado sugirió al Gobierno español, todavía dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero, que se trabajase en la línea del sistema francés.
Ahora, hace unos pocos días, resulta que este sistema tampoco sirve. Este aviso de Competencia dejó también perplejos tanto a los negociadores españoles como al sector porque desde hacía seis meses se trabajaba en esa línea.
Otro de los grandes misterios de la última semana fue el encuentro entre el ministro de Industria, José Manuel Soria, con el comisario de la Competencia Joaquín Almunia. Los responsables del astillero se preguntan todavía una semana después qué temas se trataron, de qué hablaron los máximos responsables políticos sobre un sector estratégico como es el naval.
Los responsables de los astilleros dudaban ya el mismo día que se produjo el encuentro que pudiera dar algo de sí. Pasadas las horas el silencio del ministro Soria apuntaba los peores augurios. "Que no hay nada de nada, nada, igual a cero", señalaba un directivo de un astillero vigués.
La falta de un pronunciamiento público de José Manuel Soria, que se daría solo el caso de que hubiesen buenas noticias, ya determinó la reunión del pasado jueves en Pymar. Sin embargo, quedaba algún atisbo de esperanza que se diluyó solo comenzar el encuentro.
A la ofensiva
Después de diez meses de paciente espera –por medio se produjeron algunas manifestaciones convocadas por los sindicatos en apoyo al sector naval en Vigo– tanto los astilleros, como Pymar, la Xunta y los sindicatos empiezan a plantearse "al menos hacer un poco de más ruido" para que Bruselas entienda de una vez lo que ocurre en la comarca viguesa con el sector naval.
El presidente de Pymar ya acusa directamente al Almunia de boicotear cualquier clase de acuerdo; la Xunta llama a los empresarios y trabajadores del naval a llevar su protesta hasta Bruselas y los sindicatos –CC OO, UGT y CIG– negociarán las próxima semana "respuestas contundentes" a la falta de una solución después de diez meses de espera.
El sector naval apuesta por abrir dos nuevos frentes: el político y el jurídico
Una amplia mayoría de los responsables del sector naval vigués considera que las negociaciones técnicas entre los representantes de los ministerios de Industria y Hacienda y los de la Comisión de la Competencia están muertas. "Si en diez meses no se han producido avances, no esperamos que se produzcan en las próximas semanas", señala un responsable de una astillero vigués.
Lo que es cierto es que el sector no quiere quedarse con los brazos cruzados viendo como las empresas y todo el know how (conocimiento) acumulado durante más de un siglo se puede perder en solo unos meses.
Así que, una vez dada por superada la fase técnica, la estrategia del naval vigués –y del resto del Estado– tiene como objetivo abrir dos nuevos frentes. Por un lado, el político para la que reclama la intervención directa del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que supone "que conoce perfectamente lo que está ocurriendo con los astilleros de la comarca viguesa porque sus raíces están aquí".
Esta mismas fuentes del sector naval lamenta "la escasa implicación tanto de Rajoy como de la ministra de Fomento, Ana Pastor" en este problema".
Recuerdan que Pastor se comprometió, concretamente en una visita al astillero vigués Vulcano, en hacer todo lo posible por ayudar a solventar el problema del tax lease.
El otro frente sería el jurídico que tendría dos vertientes. La primera la defensa de que España cuente con un sistema de bonificaciones fiscales para el naval similares a al del resto de países de Europa; por otro, denunciar en caso de que el sector se quedase si estas bonificaciones a los países que sí la tienen.
Según los datos que maneja el sector, las empresas de construcción naval de la comarca de Vigo tuvieron que renunciar por falta del tax lease a un total de once contratos: tres buques grandes, cuatro medianos y cuatro pequeños cuya construcción tenían unas fechas de entrega que serían imposibles de cumplir ante la incertidumbre de una resolución del problema del tax lease por parte de la Comisión de la Competencia.
Estos encargos, según el sector, hubieran evitado la actual catástrofe que vive el sector: suspensiones de pagos, expedientes de regulación de empleo, despidos y cierres de astilleros y auxiliares.
"Las navieras nos presentan sus proyectos, lo que pretenden hacer, y nos piden presupuestos. Nosotros no podemos ofrecer una propuesta ni definitiva ni competitiva con la que ofrecen otros países europeos, ese es el drama", se queja uno de los responsables de un astillero de la ría viguesa.
La reunión celebrada en Pymar el pasado jueves enfrió todavía más las esperanzas en una pronta solución al problema por parte de Bruselas. Portavoces de la Comisión de la Competencia volvieron ayer a insistir en que España todavía no había presentado ninguna propuesta formal.
¿Qué han hecho los negociadores españoles hasta el momento? Según Bruselas solo se ha dedicado a presentar lo que se denomina "non paper", es decir, propuestas por escrito sin membrete ni firma. Esto es, borradores para que Competencia les dijese "si o no".
Los tres borradores han sido hasta el momento rechazados por falta de encaje con los requerimientos de la UE. La paradoja se produce cuando fue el propio comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, que en octubre del año pasado sugirió al Gobierno español, todavía dirigido por José Luis Rodríguez Zapatero, que se trabajase en la línea del sistema francés.
Ahora, hace unos pocos días, resulta que este sistema tampoco sirve. Este aviso de Competencia dejó también perplejos tanto a los negociadores españoles como al sector porque desde hacía seis meses se trabajaba en esa línea.
Otro de los grandes misterios de la última semana fue el encuentro entre el ministro de Industria, José Manuel Soria, con el comisario de la Competencia Joaquín Almunia. Los responsables del astillero se preguntan todavía una semana después qué temas se trataron, de qué hablaron los máximos responsables políticos sobre un sector estratégico como es el naval.
Los responsables de los astilleros dudaban ya el mismo día que se produjo el encuentro que pudiera dar algo de sí. Pasadas las horas el silencio del ministro Soria apuntaba los peores augurios. "Que no hay nada de nada, nada, igual a cero", señalaba un directivo de un astillero vigués.
La falta de un pronunciamiento público de José Manuel Soria, que se daría solo el caso de que hubiesen buenas noticias, ya determinó la reunión del pasado jueves en Pymar. Sin embargo, quedaba algún atisbo de esperanza que se diluyó solo comenzar el encuentro.
A la ofensiva
Después de diez meses de paciente espera –por medio se produjeron algunas manifestaciones convocadas por los sindicatos en apoyo al sector naval en Vigo– tanto los astilleros, como Pymar, la Xunta y los sindicatos empiezan a plantearse "al menos hacer un poco de más ruido" para que Bruselas entienda de una vez lo que ocurre en la comarca viguesa con el sector naval.
El presidente de Pymar ya acusa directamente al Almunia de boicotear cualquier clase de acuerdo; la Xunta llama a los empresarios y trabajadores del naval a llevar su protesta hasta Bruselas y los sindicatos –CC OO, UGT y CIG– negociarán las próxima semana "respuestas contundentes" a la falta de una solución después de diez meses de espera.
El sector naval apuesta por abrir dos nuevos frentes: el político y el jurídico
Una amplia mayoría de los responsables del sector naval vigués considera que las negociaciones técnicas entre los representantes de los ministerios de Industria y Hacienda y los de la Comisión de la Competencia están muertas. "Si en diez meses no se han producido avances, no esperamos que se produzcan en las próximas semanas", señala un responsable de una astillero vigués.
Lo que es cierto es que el sector no quiere quedarse con los brazos cruzados viendo como las empresas y todo el know how (conocimiento) acumulado durante más de un siglo se puede perder en solo unos meses.
Así que, una vez dada por superada la fase técnica, la estrategia del naval vigués –y del resto del Estado– tiene como objetivo abrir dos nuevos frentes. Por un lado, el político para la que reclama la intervención directa del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que supone "que conoce perfectamente lo que está ocurriendo con los astilleros de la comarca viguesa porque sus raíces están aquí".
Esta mismas fuentes del sector naval lamenta "la escasa implicación tanto de Rajoy como de la ministra de Fomento, Ana Pastor" en este problema".
Recuerdan que Pastor se comprometió, concretamente en una visita al astillero vigués Vulcano, en hacer todo lo posible por ayudar a solventar el problema del tax lease.
El otro frente sería el jurídico que tendría dos vertientes. La primera la defensa de que España cuente con un sistema de bonificaciones fiscales para el naval similares a al del resto de países de Europa; por otro, denunciar en caso de que el sector se quedase si estas bonificaciones a los países que sí la tienen.
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