El Buque de Acción Marítima (BAM), 'Relámpago', en la Base Naval de Rota (Efe).
Ángel Collado
22/03/2012
(06:00h)
El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero fue tan
innovador a la hora de invertir en Defensa que acordó en un Consejo de
Ministros de julio la construcción de cinco barcos de guerra y luego se olvidó
de encargarlos o destinar partida alguna en cuatro meses que sirviera
al menos de señal para empezar a hacerlos. No tenía fondos. Ahora, con
los astilleros de Navantia en Cádiz sin carga de trabajo, el PSOE exige
al Gobierno del PP que se ocupe del problema. Es otro de los misterios del “ejemplar traspaso de poderes” del que presumieron el anterior Ejecutivo y la actual vicepresidenta.El encargo de la segunda serie de los Barcos de Acción Marítima (BAM) que el Gobierno de Zapatero impulsó (sobre el papel) entre 2010 y las pasadas elecciones generales pasó por dos reuniones del Consejo de Ministros, sin llegar a concretarse en nada. El Ejecutivo y los dirigentes del PSOE en Cádiz (sede de los astilleros de Navantia que tienen que construirlos) presentaban el programa como la solución para los problemas de operatividad de la Armada y, al tiempo, como medida para mantener puestos de trabajo directos e indirectos en la bahía gaditana: unos 6.000.
Siempre a golpe de calendario electoral, el proyecto de los BAM se salvó en otoño de 2010 con una enmienda a los presupuestos presentada por el propio PSOE para incluir una partida de 33 millones de euros con el fin de arrancar el diseño del programa de modernización. Pasadas las elecciones municipales y anunciada la convocatoria de las generales, en el último Consejo de Ministros de julio del pasado año, el Gobierno de Zapatero dio por hecho que el programa salía adelante y con todo tipo de detalles.
Así rezaba la referencia de la reunión del Ejecutivo: “El Consejo de Ministros ha autorizado la contratación de un nuevo programa de Buques de Acción Marítima (BAM) que prevé la construcción de cinco nuevos buques: tres en versión patrullero (BAM-P), similares a los de la primera serie en proceso de construcción; un cuarto para misiones de salvamento y rescate (BAM-SR), para salvamento en general, apoyo al rescate de submarinos u otros buques o artefactos hundidos, y apoyo a buceadores, y el último se configurará para labores de investigación oceanográfica (BAM-IO), para operar en aguas polares árticas y antárticas, con capacidad para dar apoyo logístico a las bases antárticas españolas”.
En la misma referencia, el Gobierno presumía de que el programa que decía aprobar “se enmarca en el ámbito de colaboración establecido entre los Ministerios de Defensa y de Industria, Turismo y Comercio para impulsar la modernización de las Fuerzas Armadas, y cuenta con un presupuesto máximo de 740 millones de euros”.
Para acabar de creérselo, en la Armada, en Navantia y en los astilleros de San Fernando esperaron a que después del verano hubiera una disposición más concreta sobre el encargo y alguna cantidad asignada. Llegó la campaña electoral en noviembre y no hubo nada. El cabeza de la candidatura del PSOE por Cádiz y todavía vicepresidente del Gobierno, Manuel Chaves, dijo el 12 de noviembre que no pasaba nada, que ya se arreglarían “las cuestiones técnicas” y que no había “problema financiero”. Después de perder las elecciones, el Gobierno en funciones no volvió a tocar el asunto en el Consejo de Ministros, incluso adujo que el PP no le autorizaba a tomar decisión alguna sobre gasto.
De nuevo a golpe de calendario electoral ante los comicios autonómicos andaluces y con las protestas de los trabajadores de los astilleros ya en la calle, la diputada del PSOE por Cádiz Carmen Sánchez ha reclamado en el Congreso al ministro de Defensa que apruebe las inversiones pertinentes para encargar de verdad los BAM. Y lo hace pese a que su jefe de filas, Alfredo Pérez Rubalcaba, reclama al mismo tiempo que el Gobierno de Rajoy cargue los recortes presupuestarios sobre el capítulo de Defensa.
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