El problema más grave de los gallegos es la crisis económica, y la cara más amarga de ésta es el paro: cada día se quedan sin empleo 23 ferrolanos. El bipartito prometió el pleno empleo y garantizó la creación de 32.000 puestos de trabajo, pero acaba la legislatura con 32.000 parados más. Esto ocurre porque no se ponen las bases para el crecimiento.
En suelo industrial no se ha hecho nada. Están paralizados los polígonos industriales de Cariño y Cedeira y con respecto a la plataforma de Leixa-Mandiá, en precampaña el Gobierno anunció un nuevo retraso. En esta comarca los efectos del paro son mayores porque no hay infraestructuras. Debemos tener la posibilidad de competir en igualdad de condiciones que otras zonas. Además, se han abandonado sectores productivos. El naval está dejado de la mano de Dios. El PP apuesta por un gran centro de reparaciones y de construcción de plataformas off-shore en la ría. En acuicultura, había granjas interesadas en asentarse en esta zona, pero la Xunta les dijo que no. También apostamos por el turismo y por un muelle de trasatlánticos. El Plan Ferrol sólo ha servido para crear un nuevo chiringuito que es la oficina gestora.
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