lunes, 23 de febrero de 2009

De Astano, ni hablar


Could you say me why Astano non fai barcos?”. Aquella pintada de los noventa sigue sin respuesta en la actualidad, precisamente cuando el sector naval es de los pocos que se salvan de la crisis y que no ve descender su demanda. Los astilleros gallegos no disponen de diques para satisfacerla, como prueba el hecho de que Vulcano haya comprado Juliana, en Asturias, o de que Barreras optase por producir en China. Mientras tanto, la capacidad de Astano se derrocha en construir secciones para los buques militares que se montarán en Ferrol y, en contra de lo que cabría esperar, los políticos pasan de puntillas por el tema en plena campaña electoral.


En noviembre pasado, tres meses antes de los comicios autonómicos gallegos, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero se comprometió en el Congreso a renegociar en Bruselas el veto que impide a la antigua Astano -hoy parte del centro Ferrol-Fene de Navantia- trabajar en el sector civil. Todo indicaba que el astillero estaría en el centro de la contienda electoral, pero lo cierto es que los candidatos evitan incluirlo en sus discursos. La pasada semana el socialista Touriño ofreció un mitin en San Valentín, a unos metros de la gran grúa pórtico, y dedicó cero segundos al tema. Sólo señaló que queda patente, por el récord de pedidos de Navantia, el compromiso de su gobierno con el sector naval.
Astano no puede volver a construir plataformas off-shore hasta 2015 como consecuencia del cobro de ayudas ilegales por parte de Izar. El Estado tendría que devolver a Bruselas 1.200 millones de euros, casi la cuarta parte del presupuesto que ha destinado a reflotar la industria de la automoción, un sector en el que la demanda sí ha caído, pero tal posibilidad nunca se ha llegado ni a plantear.
Sí se ha venido reclamando que se renegocie el acuerdo suscrito con la Comisión Europea y la petición podría recibir su impulso definitivo de la ciudadanía, a través de una iniciativa legislativa popular. Aunque inicialmente la propuesta surgió del BNG, el partido que más claramente se ha posicionado a favor de que el astillero regrese a la construcción civil y que, de hecho, arrancó en el Congreso el compromiso de Zapatero, hoy por hoy es una comisión apolítica, formada por profesionales de diferentes ámbitos y, en muchos casos, con gran experiencia dentro de los propios astilleros, la que pilota dicha vía.
Rumbo 21 > Los miembros de la comisión impulsora de la iniciativa, bautizada como Rumbo 21, evitan valorar las propuestas de los partidos políticos para Astano. El texto para el que comenzarán a pedir firmas a la vuelta de las elecciones va más allá de la recuperación del astillero fenés y defiende la consideración del naval como sector estratégico. Y confían totalmente en que, de contar con 40.000 firmas, ni Madrid ni Bruselas podrán ignorar la demanda de esta comarca.
¿Cuál es su propuesta para Astano? Rumbo 21 sólo reclama que vuelva a haber actividad y empleo. No define su postura sobre si el astillero debe seguir siendo público o si debería privatizarse, y no renuncia, a priori, a ninguna de las cuatro patas que sustentan el sector: construcción, reparación, transformación y reciclaje.
Tampoco tienen dudas sobre la capacidad de Astano, pese a que su plantilla se reduce a 300 operarios y a que se perdió, con las prejubilaciones, la experiencia adquirida en el ámbito del off-shore, el de mayor potencial en este momento. Hay infraestructuras y un campus para formar personal cualificado, subrayan.
La campaña electoral, que no ha contribuido a animar el debate en torno a Astano, ha impuesto un paréntesis en el trabajo de Rumbo 21, que no obstante aprovecha el tiempo en la difusión de su propuesta. En la mañana de ayer la presentaron en la Escuela Politécnica Superior, donde la iniciativa despertó gran interés. Los miembros de la comisión creen que el futuro del astillero fenés motiva a la ciudadanía, aunque reconocen la falta de voluntad política.
Tampoco Astano está en el primer plano de las negociaciones que se están desarrollando entre la dirección de Navantia y los sindicatos. El presidente del comité de empresa del astillero de Fene, José Rico, señaló que su postura es la defensa de una factoría pública, sea cual sea su actividad, aunque reclaman que el grupo aclare, en su plan industrial, cuál va a ser su especialización en el futuro.
El Plan Ferrol, el programa que puso en marcha el PSOE, desde el Gobierno gallego, para reflotar la economía de la zona, sólo habla de “mantener” el naval y apuesta por la diversificación. Y la Asociación Impulsora del Plan Ferrol no consigue ser recibida por el presidente de la SEPI, Martínez Robles, en tanto que no terminen las medidas de presión de los trabajadores, en el marco de la negociación del convenio y el plan industrial. La estrategia, una vez más, es ni hablar del tema.
diariodeferrol

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