ELIPE DO MUINHO
Con las cifras que nos llegan sobre el paro no es difícil suponer que el pulso de los ciudadanos se está alterando, y lo que no hace mucho parecía soportable, aunque latente, ha pasado a ser alarmante.
Así lo comentan los analistas más prudentes, y además nos anuncian que el año próximo será peor. Por lo tanto algo muy serio se está moviendo en el fondo de la sociedad y en diversos sectores laborales, como lo demuestran en manifestaciones de descontento y rechazo. Y todo ello tiene su traducción política: tres millones de parados y en progresivo deslizamiento obligan a cualquier gobierno a poner medidas urgentes, antes de que lo empiecen a pasar mal también los que tienen empleo.
Los barómetros del CIS nos vienen dan una idea bastante precisa de la situación, y el Ministro de Economía, Pedro Solbes, anuncia las dificultades ya para encontrar un puesto de trabajo en el sector de la construcción y en la automoción. Junto a estos hechos especialmente destacados, no es de extrañar que se exijan a las administraciones medidas concreta de apoyo y una mayor participación del Estado en la economía industrial y en las políticas sociales. Y en esta comarca es oportuno recordar que abrir Navantia Fene a la construcción civil será un bien importante por el número de puestos de trabajo decentes que se pueden ofrecer allí.
Las personas influyentes y relacionadas con las autoridades se han desplazado a Madrid y a Bruselas para que acabe la pasividad de la razón con el astillero, y que vuelva a participar en los suculentos contratos de buques y vuelva a dar trabajo a tantos especialistas que tuvieron que abandonar su puesto por unos acuerdos que a pesar de la profusión de datos, fuentes y documentos dejaron la comarca con la convivencia dañada, y con una salida disfrazada en esta operación liberadora de los astilleros.
diariodeferrol.com
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