Gómez Jaén asegura que «recogerá proyectos» que no sean navales ni hagan la competencia a la empresa
La voz de galicia:
B. Couce
8/10/2008
El presidente de Navantia, Juan Pedro Gómez Jaén, aseguró ayer que la compañía pública mantiene su disposición a continuar estudiando proyectos para los denominados activos ociosos de la antigua Astano, «siempre que no estén relacionados con el naval, que nos hagan la competencia y que sean sin coste alguno para nosotros». Aunque reconoció que Navantia no mantiene una actitud proactiva -«para nosotros lo más cómodo sería no tener que tocar nada», afirmó-, Gómez Jaén insistió en la disponibilidad de la empresa a «recoger proyectos que puedan crear empleo y ser buenos para la comarca».
En este sentido, se adhirió plenamente a las declaraciones formuladas por Enrique Martínez Robles, presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), quien en diciembre del 2006 se mostró dispuesto a favorecer la implantación de proyectos industriales en el suelo sin uso de la antigua Astano, pero siempre que no perteneciesen al sector naval ni a mercados en los que la compañía tuviese presencia.
Como hiciese en el 2006 Martínez Robles, Juan Pedro Gómez Jaén insistió ayer en que las limitaciones a la construcción naval civil que tiene impuestas el astillero hasta el año 2015 -que le impiden construir barcos civiles hasta esa fecha- se mantendrían aunque parte de sus instalaciones pasasen a manos de otra empresa.
Desde que Martínez Robles lanzó la idea de aprovechamiento de los activos ociosos de la factoría de Perlío, la corporación pública y la compañía estudiaron varios proyectos, pero por el momento ninguno cuajó. El primero fue una factoría de biocarburantes -en una empresa en la que se planteó incluso la participación de Sepides, el brazo industrial de la SEPI-aunque también estuvo sobre la mesa una propuesta de la eólica Gamesa para las instalaciones de la antigua Imenosa.
Desguace de barcos
Juan Pedro Gómez Jaén explicó ayer que el que suscitó mayor rechazo fue un proyecto francés para el desguace de barcos militares. Además del coste medioambiental de la iniciativa, la empresa pública asegura que aceptar una actividad de este tipo iría en detrimento de la cuota naval española en el seno de la UE.
Pese a mantener la disponibilidad a estudiar proyectos industriales para la antigua Astano, el presidente de Navantia asegura que, en estos momentos, «el astillero, probablemente está utilizando absolutamente todas sus instalaciones», en el proceso de fabricación de los módulos para los barcos que se ensamblan en la factoría ferrolana. Sin embargo, admitió que el grado de uso de cada una de las dependencias no es total. Gómez Jaén secundó el discurso del presidente de la SEPI de contraponer la carga de trabajo al número de operarios y no a la capacidad de la factoría al asegurar que «estamos a plena ocupación, tanto en Ferrol como en Fene, en donde tenemos 360 personas de plantilla».
En estos momentos, en el astillero de Perlío se fabrican trozos de fragatas y también del primero de los dos barcos anfibios que contrató a la empresa española la Armada de Australia. Gómez Jaén descartó que la antigua Astano vaya a montar ninguno de los dos buques australianos, que son gemelos al Juan Carlos I para la Marina española y aseguró que la posibilidad de que la factoría vaya a fabricar un barco completo «dependerá de la eficiencia y de la economía de la construcción».
La compañía insiste en que, como compensación a que la antigua Astano no ensamble ni bote ninguno de los dos barcos australianos, tiene adjudicada una mayor carga de trabajo de estos pedidos y hará el 60% de los barcos, frente al 40% que se ejecutará en Ferrol. También reitera que los pedidos en curso garantizan ocupación para las dos factorías de la ría hasta el año 2014
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