martes, 29 de abril de 2014

Un insulto a todos los parados


jesus varelaJesús Varela
Así es como – en mi humilde opinión – pienso que habría que entender la negativa de los trabajadores de Astano a desplazarse a Ferrol para poder participar, desde el primer momento, en la construcción del buque flotel para Pemex. En un insulto a todos los parados en general y en particular, a los de toda Ferrolterra.
A través de las manifestaciones piden carga de trabajo. Llaman al conjunto de la sociedad para que les apoyen y luego, cuando a ellos les piden un “GESTO” como es el desplazamiento de Fene a Ferrol, ¡¡¡ Dios mío que ridiculez, de Fene a Ferrol !!! se niegan en redondo. Ciertamente, esta situación resulta un tanto incomprensible. ¿A dónde conduce este camino? ¿Quién es el verdadero culpable de esta nueva situación, los trabajadores, sus representantes, o acaso la misma dirección de la empresa?

Los acuerdos firmados en el año 2004 recogen la movilidad geográfica siempre y cuando ésta no conlleve el cambio de domicilio. Entonces, y siendo esto así, ¿Por qué la dirección de la empresa no exige el total cumplimiento de este apartado de los mismos? Por otro lado, si todos los trabajadores de la planta de Fene se incorporasen a la antigua Bazán de Ferrol, ¿No tendría que desaparecer el actual comité de empresa de Astano? ¿Estará aquí una de las claves de la negativa de la plantilla del astillero de Fene a cualquier intento de incorporación a la planta de Ferrol?

De cualquier forma y sea como fuere, lo cierto es que los trabajadores de Astano nunca (en los últimos años) se caracterizaron por esa preocupación que dicen tener ahora por el futuro de la empresa. Ni cuando el BNG cogobernaba en Galicia con el PSOE (recordemos la iniciativa del conselleiro Fernando Blanco) ni cuando la iniciativa de Rumbo 21. Cuando toda Ferrolterra pudo ser un clamor por el astillero de Fene, ellos siempre se aliaron con el silencio y con la descalificación hacia quienes si se preocupaban.
Es cierto que últimamente parece que despertaron del letargo en el que se encontraban, pero no es menos cierto también, que ese despertar va acompañado de condiciones que creo que en estos momentos son inasumibles y están fuera de lugar. Piden trabajo, pero al mismo tiempo exigen que la empresa continúe siendo de titularidad pública. Piden trabajo, pero a la par dicen que no se mueven ni un ápice de donde se encuentran.

Y esto y en las actuales circunstancias, es un auténtica demostración de soberbia.

Cuando en el país hay miles de personas que – desgraciadamente – estarían dispuestas incluso a dar hasta un órgano de su cuerpo por un puesto de trabajo. Cuando miles y miles de personas están dispuestas a desplazarse a cualquier punto de España a cambio de tener en donde ganarse un salario. Cuando miles y miles de jóvenes, y no tan jóvenes, tienen que optar por abandonar a sus seres más queridos y emigrar a países totalmente desconocidos, y en algún caso, a miles de kilómetros de distancia de la tierra que les vio nacer y crecer, aquí, en Ferrolterra, todavía hay  quien se niega a desplazarse de Fene a Ferrol. ¿No es esto ridículo? ¿Pero será verdad que se quiere trabajar? Francamente, la posición de los trabajadores de la antigua Astano raya con lo absurdo y la obscenidad.

Ahora los trabajadores dicen tener miedo de lo que le pueda pasar a la factoría de Fene. Pues bien, bendito sea este momento de toma de conciencia. Pero no olvidemos que esos mismos trabajadores, tan preocupados ellos con el futuro de Astano en estos momentos, tuvieron nada menos que ¡¡¡ DIEZ AÑOS !!! para demostrar toda esa preocupación que, según parece, ahora les embarga y ¿qué fue lo que hicieron? Pues darle la espalda a todas y cada una de las iniciativas que surgieron en ese sentido.

Puede ser, claro que si, que si todos los trabajadores de Fene se integrasen en la planta de Ferrol, la antigua Astano se abriese al capital privado. Bueno, pues si así fuese y eso trajese trabajo para la comarca, bendita medida, estaría más que justificada. ¿No se pide carga de trabajo ya? Lo que está claro es que tendrán que pasar muchos, pero muchos años para que el trabajo que se pueda contratar sea lo suficientemente importante como para necesitar de las dos plantas “públicas” ¿y mientras tanto? pongamos los pies en el suelo y obremos con racionalidad y sentido común por el bien de esta comarca.

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