La técnica del agotamiento. Esa es la que se les
está aplicando a los trabajadadores de Navantia en la ría de Ferrol.
Esa y no otra.
La última movilización en las calles de la ciudad
fue, para el que suscribe, muy significativa. Porque más allá de los
discursos de rigor, en los rostros de los operarios se reflejaba el
abatimiento. La imposibilidad de creerse ya ni una sola palabra de
nadie.
Mientras muchos antiguos empleados y empleadas de
la industria auxiliar engrosan las cifras del paro o hacen las maletas
-todos conocemos casos- para buscarse la vida en otros lares, en la
plantilla del astillero se vive ya muy de cerca el vértigo de la
incertidumbre. Una incertidumbre que se cierne sobre muchísimas personas
y familias en este territorio que, al parecer, no cuenta.
Y lo mejor que tienen que decir los políticos
elegidos para ¿defender? los intereses de esta zona es que hay que tener
«paciencia». Que es la madre de la ciencia.
¿Quién ha dado un golpe rotundo en la mesa por
Navantia y por el futuro de Ferrolterra? ¿Quién ha tenido los arrestos
de liderar una demanda tan legítima como lograr trabajo para la
principal industria y emblema de la zona? ¿Quién ha alzado la voz en los
despachos para acompañar el grito callejero de los trabajadores? ¿Quién
va a explicar de una buena vez qué es lo que va a suceder en el
astillero a medio plazo? Nadie. Esa es la cruda realidad. Nadie. Es que
no estamos en campaña. ¿Paciencia?
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