martes, 19 de febrero de 2013

HAY QUE DECIR BASTA YA



        
por jesus varela rivas


La situación y como era de esperar, es cada vez más complicada. El trabajo pendiente cada vez es menor y como consecuencia de ello, el ambiente es cada vez más tenso. En la Ría ahora mismo no hay más que incertidumbre y preocupación, y eso, en lo que se traduce es en un  auténtico estado de desánimo. La presión a la que los trabajadores del naval, sus familias y en general, toda la ciudadanía de Ferrolterra, empiezan a estar sometidos, es de tal calibre, que en cualquier momento cualquier chispa puede dar lugar a una gran hoguera. La situación sin duda es seria, muy seria.

Tenemos un alcalde que desgraciadamente, primero para él mismo y luego para toda la ciudadanía de Ferrol, sigue sin atreverse a marcar su territorio en el partido y por tanto, sin saber realmente hasta dónde puede llegar en sus exigencias. Todavía no entendió, al menos así lo parece, que él no está en las mismas circunstancias que sus compañeros de partido que fueron antecesores en su cargo. Él es el hombre que hizo que en Ferrol el PP ganara por vez primera las elecciones municipales con mayoría absoluta. Es más, él es el hombre que hizo que fuese la primera vez que un partido gana las elecciones en Ferrol por mayoría absoluta.

Es el Presidente de la Federación Gallega de Municipios, la FEGAMP. Es el Presidente del partido de la ciudad cabecera de una gran comarca. Ocupa una vicesecretaria del PP de Galicia.  Es decir, estamos ante un ferrolano que muy bien podría tener un determinado espacio de influencia en su  partido, el partido del gobierno. Y esto del gobierno, nunca mejor dicho que ahora. Un ferrolano, que ahora mismo podría y debería de ser más exigente con el aparato de cara a velar por los intereses de su ciudad. Y si eso no lo hace así, es porque no se cree lo que realmente es o porque teme a enfrentamientos que le puedan complicar su futuro político. Es decir, porque piensa más en si mismo que en el bien general de su ciudad.

De seguir por esa vía, puede que pase a la historia de Ferrol como el alcalde “entrevistas” o el alcalde “mensajero”. Y es que lleva prácticamente dos años en los que no se le vio otra cosa que no fuese trasladar a otros estamentos, lo tratado en reuniones mantenidas con anterioridad, o solicitando entrevistas con cargos de la administración autonómica o de la Sepi. En Ferrol hay un alcalde fuerte, y lo hay porque los ciudadanos así lo decidieron por medio de las urnas, por tanto, lo que se hace necesario es que éste haga valer esa posición de fortaleza.  

Sin embargo y en esta cuestión del naval, tampoco sería justo desviar toda la atención hacia la figura del alcalde. Es cierto que – en mi opinión – Rey Varela peca de excesiva docilidad con los órganos centrales de su partido, pero no es menos cierto también, que en Ferrol tenemos a unas organizaciones sindicales, CC.OO y la UGT, que están empeñadas en mantenerse enrocadas en el pasado. El sector naval en la Ría está atravesando un momento muy delicado, de agonía, y solo por ello las organizaciones sindicales deberían de replantearse determinadas posturas en cuanto a su futuro y titularidad. Está bien que defendamos la empresa pública, claro que si, pero hasta donde sea posible y no más allá.

Ahora resulta que los comités de empresa de Fene y Ferrol, CC.OO, la UGT,  la coalición de Beiras e IU, ANOVA, el PSOE…etc, piden el levantamiento del veto que sufre el astillero de Fene, sin embargo, la forma en que lo hacen deja al descubierto la total irracionalidad de la petición. Y es que es absurdo pedir que la antigua Astano vuelva al mercado civil manteniendo su titularidad pública. Hoy un Astano público en el mercado del Off – Shore es inviable. Y eso nos tiene que llevar a flexibilizar. No podemos dejar que una filosofía o idea de tipo personal o pequeño grupo, condicione el bienestar general de la sociedad de Ferrolterra.

El debate a partir de ahora se debería de centrar en dos direcciones. Por un lado, tenemos que reivindicar liberarnos de la cautividad que supone tener que compartir destino con quienes son un saco sin fondo de pérdidas dentro del grupo Navantia. Y ello no debería de suponer que Navantia Ferrol tuviese que dejar de ser empresa pública, en absoluto. Pero lo que no podemos hacer, es continuar esposados a un cáncer como el de la Bahía de Cádiz.

Y por otro, lo que hay que reivindicar también, es liberar al astillero de Fene haciendo cumplir – a quienes los firmaron, CC.OO, la UGT y la USTG – los acuerdos del año 2004 en cuanto al apartado de traslados de personal siempre que estos no supongan un cambio de domicilio. Como así consta en los acuerdos. Si al astillero de Fene se le libera de todo el personal – y estos tienen cabida en Ferrol –  encontrar una solución viable y de futuro sin duda sería más fácil.

No vaya a ser que dentro de unos años, muy pocos de seguir por este camino, las instalaciones fabriles que tanto dieron que hablar en todo el mundo por lo que en otros momentos fueron capaces de hacer, se conviertan únicamente en destino turístico donde solo se pueda apreciar lo que fue y dejó de ser por mor de una clase dirigente egoísta, irresponsable y por tanto, incompetente.

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