sábado, 2 de febrero de 2013

DIN QUE NON


             

          Bueno, ahora ya lo sabemos oficialmente. Por tanto, a partir de aquí se acabaron tanto las conjeturas como las especulaciones. El gobierno de España decidió y Navantia, bajo las indicaciones directas de la Sepi, comunicó. Y porque las cosas son así, tal cual, extraña tanto que la primera autoridad de la ciudad se empeñe, incluso hasta de manera casi institucional, en no querer mencionar en esta opereta ni a la Sepi ni al gobierno del Estado, los verdaderos y únicos actores con competencias en la materia y por supuesto con toda la responsabilidad sobre el asunto. Ellos si son los auténticos culpables.

El gobierno del Estado y la Sepi nos torearon cuanto quisieron a lo largo de los últimos ocho meses, realmente, desde las últimas elecciones generales. ¿O no recordamos ya a Arsenio Fernández de Mesa & Company prometiendo todo el apoyo del mundo a la construcción del Dique si el PP ganaba las elecciones? Aunque la verdad, es que no es menos cierto también que esos mismos pases toreros ya los conocíamos por haberlos sufrido en el pasado con quienes ahora están en la oposición y con anterioridad habían mantenido el poder. ¿O tampoco recordamos las promesas hechas en dos consultas electorales para cuando Zapatero accediese a la presidencia de la Unión Europea?

Por tanto, en esto del sector naval no parece lícito que ahora venga nadie a dar lecciones de no sé qué. Ni por parte de los dos grandes partidos ni por parte de los sindicatos mayoritarios, CC.OO y la UGT. Todos ellos tienen que hacer una reflexión de autocrítica. Una profunda reconcentración que les lleve a ser analíticos con la deriva que tomaron y que mantuvieron contra viento y marea, fundamentalmente a lo largo de los años 2009 y 2010. Cuando ya se podía prever lo que hoy está sucediendo. Por lo tanto, además del gobierno y de la Sepi,  que lo son principalmente, en este asunto hay también otros culpables.

 Ahora el presidente del comité de empresa de Navantia, Ignacio Naveiras, dice “ Que vayan a Bruselas, que renegocien y que busquen alternativas “. Pues claro que si, pero hay que recordar que por eso y para eso nació y trabajó Rumbo 21 durante más de dos años y medio. Para que el gobierno de España iniciase el camino que llevase a reabrir el dossier y renegociar el levantamiento del veto del astillero de Fene. Es decir, para volver abrir las puertas al trabajo y poner un antídoto al desempleo en esta comarca. Pero claro para esa reivindicación, Rumbo 21, que contó con  el apoyo de más de 18.000 personas de la comarca, necesitaba además el apoyo y la solidaridad de CC.OO, la UGT, el PSOE, el PP, IU, los comités de empresa de Fene y Ferrol, la Asociación Impulsora del Plan Ferrol…etc, etc. Y esos apoyos nunca se dieron.

Es verdad que ahora de nada vale lamentarse de esa falta de unidad vivida en los años 2009 y 2010, no obstante, si es importante tenerla en cuenta para no volver a caer en ese error y cometer otro desacierto de ese tipo. Y digo otra vez, porque entiendo que esto no puede quedar así. No, no podemos cejar en el intento. Hay que continuar haciendo camino.

Y ese camino pasa inevitablemente por el astillero de Fene. Tenemos que exigir el levantamiento del veto ya. Y pongámonos en guardia por lo que nos puedan querer endosar como consecuencia de una mala practica ejercida en la aplicación del Tax Lease durante el periodo de Enero del 2002 hasta Junio del 2010. Ahora, una vez más, toca levantarse del golpe sufrido. Y lo haremos, sin duda lo haremos, como tantas y tantas veces lo hicimos ya. En Ferrolterra estamos curtidos por los golpes sufridos a lo largo de los últimos cuarenta años y por ello, es por lo que estoy seguro que nos levantaremos. Y si trabajamos todos unidos, seguro que terminaremos ganando la batalla.

 

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