Si tuviésemos
que asociar ésta frase con alguien, ¿Con quién la relacionaríamos? ¿Verdad que
pensaríamos en la clase política? Y es que realmente, ese tipo de expresiones
es algo muy suyo, es ciertamente, una de esas cuestiones que les caracteriza e
identifica. Si, eso de dar la razón para a continuación pronunciar el clásico
pero, es algo que todos ellos, los políticos, hacen con verdadera maestría.
Como nadie.
Todos ellos,
hasta los de más alto nivel, dicen siempre estar sujetos a las decisiones del
partido. Dicen que ellos son simples peones y que por lo tanto, todos sus
movimientos van siempre en consonancia con las exigencias de la organización,
aunque esto último, casi siempre lo suelen disfrazar con el llamado interés
general. Y en ese contexto, todos dicen igualmente que hay que poner orden en
la estructura del Estado. Todos asienten cuando de la sobredimensión de las diferentes administraciones del Estado se
habla. Todos ellos reconocen los excesos actuales en la burocracia, sin embargo,
cuando se quiere hablar en serio del asunto
para subsanar esos excesos, curiosamente es cuando comienzan a surgir todos esos peros. Los
peros que ellos utilizan con suma destreza para, generalmente, preservar sus propios intereses individuales.
Hoy y de
forma mayoritaria, la sociedad española
demanda la desaparición de las Diputaciones, la eliminación del Senado, la
reducción del número de ayuntamientos, la rebaja en el número de diputados,
tanto en los parlamentos autonómicos como en el central….etc, pero claro, con
sus intereses hemos topado. ¿Y por qué? Pues porque en España tenemos un tipo
de políticos que defienden o condenan en función de la situación en la que se
encuentre su partido, o lo que es lo mismo, de cómo se encuentren ellos mismos.
Lo que desde la oposición se critica hoy, mañana y ya en el poder, se justifica
¿O no es así?
Desde hace
algún tiempo se viene apuntando, a través de la fusión, a la eliminación de
ayuntamientos como uno de los elementos básicos para el adelgazamiento de las
estructuras administrativas del Estado, y ¿cuál fue, a día de hoy, la respuesta
mayoritaria dada desde las instituciones municipales? Pues que antes de pensar
en fusionar hay que pensar en mancomunar servicios. Que eso era ahora lo
realmente más viable y recomendable. Y claro uno se pregunta ¿por qué es más
viable y recomendable mancomunar servicios que fusionar? Con la fusión ya todo
queda mancomunado. Pero ¿más viable y recomendable para quien, para los
ciudadanos o para ellos, los políticos? Tengamos siempre presente que eso es lo
que dicen los que hoy están gobernando en esas instituciones, pero sin duda,
eso mismo será también lo que digan dentro de unos años quienes en ese momento
sean los que estén gobernando.
Muchas,
muchísimas de las personas que están dedicadas a la política nunca hicieron
nada fuera de ella. Unos porque no saben hacer otra cosa y otros, porque ya
perdieron el hábito de trabajar y al mismo tiempo, adquirieron el de vivir muy
cómodamente a cuenta de los demás.
Por lo tanto, no esperemos – en la mayoría de los casos – ni voluntad ni
facilidades por parte de ellos para llevar al cabo esos cambios que sin duda
ayudarían a mejorar la vida de todos los españoles.
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