jueves, 25 de junio de 2009

La historia de IZAR


En el año 2000 IZAR disponía de una plantilla de 11.000 empleados.
Tras la exitosa reconversión,y desaparición del sector naval civil, actualmente en el 2009, su heredera Navantia,da empleo a 5.000 personas.

Tras 25 años de fracasadas reconversiones en la construcción naval civil española y que significaron la reducción del 60 % de su capacidad productiva y la perdida del 80 % de la plantilla, a punto de terminar el S. XX, el grupo naval publico Astilleros Españoles estaba abocado a una inevitable quiebra.
Astilleros Españoles, al igual que el resto de las empresas europeas, se mostraba incapaz de poder competir con las factorías del Extremo Oriente, fundamentalmente japonesas y coreanas, que con practicas pocos ortodoxas que les permitían ofertar precios inalcanzables para los astilleros europeos, estaban acaparando más del 80 % de la cuota del mercado mundial del sector naval.
Ante este panorama, la situación en Diciembre de 1999 era insostenible para los astilleros públicos civiles. En España, además de AESA, la otra gran empresa del sector era la Bazán que se dedicaba fundamentalmente a las construcciones y reparaciones militares, que no estaban tan presionadas ni por la competencia desleal de los países asiáticos ni por los controles europeos.
A partir de 1995 empezó a gestarse la idea de una fusión de las actividades civiles y militares. Tras un proceso bastante complicado y conflictivo, en Julio de 2000 se produce la fusión de los astilleros civiles públicos (AESA) y los militares (Bazán), naciendo de esa forma una nueva empresa con diecisiete unidades de negocio (construcciones, reparaciones, transformaciones, propulsión, energía, sistemas y armas), 11.000 trabajadores y una cartera de pedidos de 600.000 millones de Ptas. A este conglomerado industrial capaz de satisfacer cualquier tipo de demanda, se le puso el nombre de IZAR, y por su tamaño y cifra de negocio se situaba en el segundo lugar entre los grupos de construcción naval europeos y el noveno en el ámbito mundial.




AÑO 2000

En un contexto de fuerte presión en el mercado naval civil (dumping de Corea y supresión de ayudas impuesta por la Comisión Europea) y restricciones en los presupuestos de defensa, SEPI tomó la decisión de crear un gran Grupo de Construcción Naval, cuyo principal objetivo es alcanzar la rentabilidad en el menor plazo posible. Con efectos 1 de julio de 2000, Bazán compró a SEPI y a AESA las acciones de los astilleros que conformaban la DCN, para posteriormente cambiar la denominación social de Bazán por IZAR Construcciones Navales, S.A. La operación fue aprobada por Consejo de Ministros el 21 de julio y se registró con fecha 30 de septiembre.
Con la fusión se pretende obtener a corto plazo sinergias operativas centradas en el
aprovechamiento conjunto de las capacidades tecnológicas, de los medios técnicos y humanos y explotar la ventaja derivada del tamaño que adquiere la nueva compañía. A medio plazo se prevé obtener ahorros derivados fundamentalmente de la especialización de los astilleros tanto en los productos actuales como en nuevos tipos de buques, de la posible reestructuración de algunos servicios e instalaciones, y de los aspectos de innovación tecnológica asociados a una nueva orientación comercial.
Las contrataciones del año ascendieron a 2.748.861.082,06 euros (457.372 millones de pesetas), de los que 1.582.897.599,56 euros (263.372 millones de pesetas) corresponden a productos militares y 1.165.963.482,50 euros (194.000 millones de pesetas ) aconstrucciones civiles. Dentro del primer grupo destaca la contratación de 5 fragatas para Noruega, el comienzo del programa Cazaminas II (dos unidades), la cuarta gran carena del Submarino S-63 y 6 unidades de dirección de tiro Skydor. En el segundo, señalar la contratación de 7 buques (3 tipo LNG para Repsol, 3 dragas y un Ropax) y la transformación de un petrolero en Cádiz.

AÑO 2001
El año 2001 ha sido el primer ejercicio completo para IZAR tras la fusión de la antigua Bazán con
los centros que conformaban la antigua DCN.
Ha sido un año especialmente difícil para el sector naval mercante ya que el exceso de capacidad,
comenzado por Corea y continuado por China, unido a la caída de la demanda ha provocado una
significativa reducción de precios. Además, los ataques terroristas del 11 de septiembre han hecho disminuir la demanda de tráfico marítimo y de cruceros, lo que a su vez ha provocado una
fuerte disminución de la demanda de nuevas construcciones en la última parte del año. Señalar a
este respecto que el volumen de contratación mundial ascendió a 25,1 millones de CGT frente a
los 29 millones del año 2000.
Asimismo, se ha mantenido el dumping coreano y la incertidumbre sobre el marco de ayudas
aplicables a la construcción civil que palíen la competencia desleal de Corea. En cuanto al mercado militar, han continuado las limitaciones en los presupuestos de defensa por lo que se hacen necesarias vías de financiación competitiva que permitan incrementar la demanda.
En el escenario descrito, IZAR ha conseguido una contratación que asciende a 1.446.822 miles de
euros, en la que la exportación supone un 66% del total. En el área de construcción naval hay que
destacar la contratación de un quimiquero para Gijón, un FSU para Fene, dos dragas para Sestao, 2 LNG para Puerto Real, 2 lanchas LCMX para San Fernando, dos ferries para Argelia a construir en Sevilla y la gran carena S-71. Al cierre del ejercicio se encontraban en negociación diversas operaciones comerciales de exportación a países como Chile (fragatas), Portugal (submarinos), Tailandia y Malasia (submarinos), Turquía (LPD, buques guardacostas), Bélgica (LPD, draga), entre otros.
A finales de año se firmó el convenio colectivo para todos los astilleros civiles y para la fábrica de
motores de Manises, con efectos para los años 2001 y 2002. En cuanto a la elaboración de procedimientos de control comunes para gestionar la compañía resultante de la fusión Bazán-DCN, durante el ejercicio se ha elaborado una normativa de imputación de costes comunes y se han preparado cuadros de mando homogéneos para información a la central corporativa. Asimismo, se han preparado los sistemas para conseguir la información diseñada, de forma que su puesta en práctica tendrá efectividad en el ejercicio 2002.

AÑO 2003
Durante el año 2003 se produjo una recuperación de la demanda del mercado mundial de construcción naval. Sin embargo, esta mejora no se ha visto reflejada en los astilleros europeos, que siguen atravesando grandes dificultades como consecuencia de la sobrecapacidad de producción, el exceso de oferta del pasado, la competencia de los astilleros coreanos con especial incidencia en los precios, las restricciones en las ayudas y el efecto negativo de la paridad del euro. Todo ello ha influido de forma muy negativa en la posición de IZAR y su capacidad de contratación.
En el escenario descrito, la empresa ha conseguido una contratación que asciende a 2.837.139 miles de euros, basada principalmente en la consecución de contratos militares para la Armada española por el Programa S-80 y el Buque de proyección
estratégica. Estos contratos aseguran un importante nivel de cartera y plena ocupación en los astilleros militares para el próximo ejercicio, a la vez que suponen un significativo avance tecnológico por la tipología de los buques contratados y el papel asignado a la empresa en los dos tipos de barcos.
En el mercado civil, la evolución de precios y la paridad del euro han dificultado
enormemente la posibilidad de cerrar contratos significativos a pesar del gran esfuerzo comercial desplegado. Destacar que en este segmento se ha conseguido resolver los problemas relativos a la financiación de los buques en cartera, materializándose los ingresos de unos contratos que al cierre del ejercicio anterior motivaron la dotación de importantes provisiones.
En lo que se refiere a aspectos productivos, la carga de trabajo desarrollada ha
permitido una ocupación del 88%. Hay que destacar el cumplimiento de los plazos de construcción, especialmente en los buques gaseros LNG, y el ahorro en costes directos a través de la internalización del trabajo, eliminando subcontratación en aquellos astilleros con baja ocupación. Asimismo, se ha realizado un esfuerzo de contención de costes de estructura y se ha acometido una reorganización en ingeniería y aprovisionamientos e iniciado el nuevo Plan de Sistemas. Estas medidas, aunque no hayan tenido resultados económicos apreciables en el ejercicio, mejoran la posición de IZAR a la hora de abordar futuros contratos.
El resultado obtenido representa una muy significativa reducción de pérdidas impulsada por la recuperación de los ingresos en LNG’s, pero sobre todo por los resultados financieros y extraordinarios positivos al haberse podido revertir un volumen importante de provisiones dotadas en 2002.

AÑO 2004
El 12 de mayo de 2004, la Comisión Europea hizo pública su decisión respecto al expediente abierto sobre ayudas aportadas a los astilleros públicos entre los años 1999 y 2000 en la que se exigía la devolución de 308 millones de euros más intereses, tras concluir que las mismas no cumplían las normas comunitarias sobre ayudas estatales a la construcción naval.
Esta decisión vino a agravar una situación económica de IZAR muy deteriorada como consecuencia de no haber visto cumplidas las expectativas del plan de creación de esta empresa, algo que ya se venía constatando en los anteriores ejercicios. Desde su constitución en 2000 hasta 2003, las pérdidas acumuladas ascendieron a 477 millones de euros, cantidad que unida a las pérdidas ya previstas para 2004 se elevaba por encima de los 650 millones de euros;
asimismo, los niveles de ocupación eran cada vez más bajos al no haber conseguido grandes contratos en los últimos tres años, fundamentalmente en el ámbito de la construcción naval civil. Este conjunto de hechos puso de relieveuna crisis de enorme magnitud que imposibilitaba la viabilidad de la empresa.
Un día después de hacerse pública la decisión de la Comisión Europea, el Gobierno constituyó un grupo de trabajo, encabezado por el presidente de SEPI y con representación de los ministerios de Defensa, Economía y Hacienda, Industria, Comercio y Turismo, y Trabajo y Asuntos Sociales, que se encargó de analizar la situación y apuntar vías de solución, afrontando el problema desde una triple perspectiva: empresarial, social y regional.
Del citado análisis se desprendió que cualquier solución posible y realista a este problema habría de pasar por la presentación de un plan de devolución de las ayudas, que incorporase actuaciones compatibles con el derecho comunitario y permitiera la viabilidad de la empresa. En este marco, pronto se concluyó que la única vía de salvaguardar la actividad de construcción naval militar era su segregación a una nueva compañía, que podría mantener una actividad complementaria
y minoritaria en el mercado civil, a la vez que los centros de activad civil se transferían a la iniciativa privada.
Con el fin de avanzar en este camino, el Gobierno autorizó el 30 de julio de 2004 la constitución de una nueva empresa, con un capital de 30.050 euros, desembolsados íntegramente por IZAR, cuyo objetivo sería integrar su rama de actividad
militar y realizar una actividad complementaria en el área civil, una vez se acordase un plan de actuación respetuoso con la normativa comunitaria.
Para ello, SEPI abrió un proceso de negociación con los representantes sindicales y de explicación y presentación del problema y su posible solución a los máximos responsables de las comunidades autónomas afectadas. Coincidiendo con esta fase de diálogo y negociación, en el mes de octubre, las autoridades comunitarias hicieron pública una nueva decisión que exigía a IZAR la devolución de otras ayudas por valor de 556,1 millones de euros más intereses.
La negociación con los sindicatos culminó positivamente con el acuerdo marco alcanzado el 16 de diciembre de 2004, firmado por IZAR, SEPI y las federaciones de Metal de CC.OO., UGT y USTG, que representaban a la mayoría de los trabajadores de IZAR.
Este acuerdo estableció las bases para la salvaguarda de la actividad militar mediante la segregación de sus activos (los centros de Ferrol-Fene, Cartagena, Puerto Real-San Fernando, Cádiz y el centro corporativo de Madrid) y del personal
afecto a la misma a una nueva compañía (entonces New IZAR y que en el año
2005 pasó a denominarse NAVANTIA). Asimismo, fija las líneas generales de lasactuaciones industriales que se aplican en la nueva compañía con el objeto de conseguir su rentabilidad sostenida a medio plazo.
El acuerdo recoge también las medidas laborales a aplicar, que incluyen un plan
de prejubilaciones, instrumentado a través de un expediente de regulación de empleo, que afecta a los trabajadores que tuvieran cumplidos 52 años a 31 de diciembre de 2004 y una antigüedad mínima en la empresa de cinco años, y un plan de bajas incentivadas. El plan de prejubilaciones afectó a 3.983 trabajadores (37% de la plantilla), que se prejubilaron en 2005, en condiciones similares a las de anteriores planes.
Adicionalmente, derivado de su propia situación económica y para cumplir la decisión de devolución de ayudas declaradas incompatibles por la Comisión Europea, la compañía IZAR se ha declarado en 2005 en liquidación (una vez segregada la actividad militar) y ha iniciado un proceso de liquidación ordenada,
que ha permitido la aplicación de las medidas laborales acordadas, desde esta situación. Con el objetivo de posibilitar la continuidad de la actividad en los centros no segregados (en Sestao, Gijón, Sevilla y Manises) se acordó que, también en el marco de la liquidación de IZAR, se abriría un proceso de venta de los activos que respetase el marco comunitario y que, hasta que ésta se produzca, los citados centros permanecerían en IZAR, garantizando SEPI los derechos de los
trabajadores y la ejecución de los contratos en curso.
El 17 de diciembre, un día después de firmado el acuerdo entre SEPI, la empresa
y los sindicatos, el Consejo de Administración de esta Sociedad Estatal autorizó a IZAR a realizar el traspaso a New IZAR de los activos destinados a desarrollar la actividad de construcción naval militar principalmente, así como la posterior compra de la totalidad de las participaciones de esta nueva empresa por parte de SEPI.
A continuación, IZAR Construcciones Navales, S.A. aprobó en Junta General de la nueva empresa la ampliación de su capital social en 150.925.860,56 euros, mediante la emisión de 25.112.456 participaciones sociales de 6,01 euros de valor nominal cada una de ellas y la asunción de dichas participaciones, desembolsando íntegramente su importe. El contravalor de las participaciones se realizó en aportaciones no dinerarias, consistentes en la rama de actividad militar principalmente, cuyo valor fue determinado en 150.925.860,56 euros, de conformidad con el balance de 30 de noviembre de 2004, elaborado por IZAR.
NAVANTIA, de la que SEPI ha adquirido en el año 2005 el 100% de las acciones, opera en el mercado desde el 1 de enero de 2005, pudiendo realizar una actividad
civil complementaria en condiciones de mercado, lo que le permite mantener la capacidad tecnológica y de producción requerida por la actividad militar y cubrir periodos de baja actividad en este mercado. La actividad civil está limitada al 20% de la facturación total durante diez años, en cumplimiento de lo acordado con la Comisión Europea.

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